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Un día tras la pista del veneno

De izquierda a derecha, los agentes Manuel Rodríguez Díaz y Luis Fidel Mondéjar, David de la Bodega, coordinador del Life+ VENENO, el agente Manuel García Chicano y Olimpia García, del gabinete de prensa de SEO/BirdLife.
De izquierda a derecha, los agentes Manuel Rodríguez Díaz y Luis Fidel Mondéjar, David de la Bodega, coordinador del Life+ VENENO, el agente Manuel García Chicano y Olimpia García, del gabinete de prensa de SEO/BirdLife.
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Gracias al proyecto Life+ Veneno, en Castilla-La Mancha dos patrullas de guardas especializados luchan contra los cebos envenenados, azote para los muchos buitres negros y águilas imperiales que se mueven por esta comunidad autónoma. Compartimos una jornada de trabajo con los agentes de la provincia de Ciudad Real, donde ya hay varias sentencias condenatorias.

Texto y fotos: José Antonio Montero

Se llaman Manuel Rodríguez Díaz, Manuel García Chicano y Luis Fidel Mondéjar y son agentes de medio ambiente de Castilla-La Mancha. Hace dos años se presentaron como voluntarios, junto con otros treinta compañeros, para crear una patrulla que se encargaría de perseguir a los envenenadores por toda la provincia de Ciudad Real. Ellos tres fueron los seleccionados. En Toledo se ha creado otra patrulla similar. Es la contribución de la Junta de Castilla-La Mancha al proyecto Life+ VENENO, con el que SEO/BirdLife y otros socios, entre ellos la revista Quercus a través de Editorial América Ibérica, está intentando dar apoyo a la lucha contra el enemigo número uno de nuestra fauna silvestre.

Es el día 2 de julio y acompaño a los tres miembros de la patrulla durante su trabajo cotidiano. Se hacen llamar Unidad de Investigación contra el Veneno (Unive) y hoy empezarán la jornada visitando una finca a pocos kilómetros de Ciudad Real capital, “La Posadilla”.

Es una inspección rutinaria, ya que para los agentes este no es un coto sospechoso, pero conviene estar alerta porque la zona es muy frecuentada durante prácticamente todo el año por águilas imperiales, buitres negros y otras grandes rapaces.

Se sabe que los casos detectados son solo un porcentaje de los reales. Además, no es raro que muchos queden impunes porque no se da con el autor o por falta de pruebas válidas para los juzgados. Por eso nadie duda a estas alturas de lo necesario que son las patrullas especializadas, sobre todo si cuentan con la ayuda de perros adiestrados en detectar cebos envenenados (ver pág. 59). Otra cosa es que las comunidades autónomas quieran invertir en ello. Si en Castilla-La Mancha se pudo, ha sido en buena medida gracias a los fondos captados por un proyecto Life que, no lo olvidemos, ha nacido de la iniciativa de una ONG, en este caso SEO/BirdLife.
“Nuestro trabajo es sobre todo preventivo, el hecho de que se nos vea ya tiene una repercusión sobre quienes piensan que pueden actuar con total impunidad”, explica Luis Fidel Mondéjar. Están solo ellos tres para toda la provincia, por lo que la mayor parte del tiempo su labor es la de reforzar las inspecciones rutinarias del resto de la guardería de medio ambiente. Pero tienen otros muchos cometidos. Este agente cita algunos: investigar episodios de envenenamiento ya detectados, preguntar a los veterinarios sobre envenenamientos de perros y demás animales domésticos, que muchas veces llevan a localizar fauna silvestre afectada, o rastrear la venta de productos fitosanitarios que puedan servir para preparar los cebos letales.

Los mejores rastreadores
Desde 2007, Castilla-La Mancha cuenta con una patrulla canina para la búsqueda de cebos envenenados. A los perros que la forman se les cuida y mantiene en el centro de recuperación de fauna que la Junta de Castilla-La Mancha tiene cerca de Albacete. Pero son reclamados en los casos de veneno que ocurren en toda la región. El más sonado fue el de las seis águilas imperiales envenenadas con aldicarb a principios de año en La Encomienda de Mudela, finca del término municipal de Viso del Marqués (Ciudad Real) gestionada por el Organismo Autónomo Parques Nacionales. Fue la patrulla canina la que encontró los cebos envenenados pocos días después de que apareciesen las aves muertas.

Recuadro:
Perros de la patrulla canina especializada en la detección de venenos que opera en Castilla-La Mancha desde 2007 (foto: Junta de Castilla-La Mancha).
Perros de la patrulla canina especializada en la detección de venenos que opera en Castilla-La Mancha desde 2007 (foto: Junta de Castilla-La Mancha).
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