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INICIOS DE LA BATALLA LEGAL EN DEFENSA DE LAS AVES

Aves y naturalistas: política y conservación en el siglo XIX

Gorriones (ilustración de T. Csörgey en Birds useful and birds harmful, de O. Herman y J.A. Owen, 1909).
Gorriones (ilustración de T. Csörgey en Birds useful and birds harmful, de O. Herman y J.A. Owen, 1909).

Por Juan José Ferrero-García

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
En 1895 se celebró una conferencia internacional en París, donde los representantes de dieciséis países europeos consensuaron un proyecto de convenio para la protección de las aves útiles a la agricultura. Supuso la culminación de muchos años de trabajo por parte de técnicos, naturalistas y políticos. Pero sus pretensiones conservacionistas se vieron posteriormente reducidas por presiones e intereses particulares. Doce naciones, entre ellas España, suscribieron en 1902 el texto definitivo.
Cinco años después de la firma de la Convención internacional para la protección de las aves útiles a la agricultura, Otto Herman escribió por orden del ministro de Agricultura de Hungría, Ignatius de Darányi, el relato de cómo se llegó hasta la conferencia de 1895 y lo que sucedió entre la elaboración del proyecto de convenio y la rúbrica del acuerdo en 1902 (1). Gracias a esta circunstancia, podemos conocer las discusiones y los debates que, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, se originaron sobre la conveniencia, el contenido y el alcance de la que llegaría a ser la primera norma internacional para proteger a ciertas especies de la fauna silvestre. Herman fue un científico polifacético cuyo interés por las aves se incrementó a raíz del Segundo Congreso Ornitológico Internacional, celebrado en 1891, en el que participó activamente (2). Y esta es, complementada con otras aportaciones, la historia que nos dejó.

Animales “útiles” y “nocivos”
La división de los animales en beneficiosos y perjudiciales, así como su plasmación en listados
de aves que convenía salvaguardar, parece que puede atribuirse al conocido ornitólogo alemán Eduard Baldamus, quien desde 1845 intentó abordar esta cuestión, si bien con escaso éxito al comienzo. En 1856, durante un encuentro de la Sociedad Ornitológica Alemana, presentó una moción que contenía una lista de especies valiosas, sobre todo por su condición de insectívoras, y otra de dañinas. Pero no fue hasta 1868, en la XXVI Asamblea General de Agricultores y Silvicultores germanos, cuando se instó formalmente a los gobiernos austriaco y húngaro a que invitaran a otros estados a sumarse a un acuerdo para impulsar la protección de una parte de su fauna. En concreto, de aquellos vertebrados que se considerasen aprovechables para el fomento de la agricultura y los bosques.

Hemeroteca
Quercus 330 (agosto 2013)
Ref. 5301330 / 3’90
• Código vital. Santos Casado.

Quercus 312 (febrero 2012)
Ref. 5301312 / 3’90
• Mariano de la Paz Graells y la protección de la fauna silvestre. Juan José Ferrero-García.

Quercus 294 (agosto 2010)
Ref. 5301294 / 3’90
• La conservación de las aves en la España de la Restauración. Juan José Ferrero-García.

Quercus 234 (agosto 2005)
Ref. 5301234 / 3’90
• Carne y lana para el pueblo: la aclimatación de fauna útil en el siglo XIX. Santiago Aragón.

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