Bajón en el censo de pollos de buitre leonado de las hoces del Riaza

La población de buitre leonado (Gyps fulvus) de las hoces segovianas del Riaza y su entorno, una de las más importantes de España, es sin duda la mejor estudiada. Desde que se creó el Refugio de Rapaces de Montejo en 1975, el intenso seguimiento realizado por cientos de ornitólogos, casi siempre de forma desinteresada e independiente, ha permitió detectar tempranamente problemas o tendencias que después resultaron ser mucho más generales. Pues bien, el último censo de otoño, realizado el año pasado por unos noventa voluntarios, bajo la organización del Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza y coordinado por el biólogo Juan Prieto, registró un descenso considerable de ejemplares. Lo que este serio aviso significaba se ha visto confirmado con los resultados de los censos de primavera-verano de nidos con éxito, que llevo realizado desde hace más de treinta años. En 2007, durante más de sesenta días de trabajo de campo, he podido controlar 179 nidos de aves rapaces con éxito en la cría, en los que salieron adelante unos doscientos pollos correspondientes a diez especies distintas. Para el buitre leonado, el número de pollos que vuelan es el más bajo de los quince últimos años, con casi un centenar menos que el máximo que se alcanzó en 2001, poco antes de que comenzaran a aplicarse las normativas que impedían dejar las reses muertas en el monte de la forma tradicional. El alimoche (Neophron percnopterus) también ha disminuido y de hecho no ha habido ningún año con resultados más bajos para esta especie desde 1975.