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Tortugas bobas del Atlántico
España, señalada por el declive de la población reproductora de Florida, la mayor del planeta

Paso atrás en la conservación de la tortuga boba del Atlántico

Por Adolfo Marco, Carlos Carreras y Juan José Castillo. Fotos: Adolfo Marco.

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Una tortuga boba camufla con arena su nido para reducir el riesgo de depredación de los huevos. Las playas de Florida (Estados Unidos) albergan la mayor población reproductora de la especie.
Una tortuga boba camufla con arena su nido para reducir el riesgo de depredación de los huevos. Las playas de Florida (Estados Unidos) albergan la mayor población reproductora de la especie.
La mortandad de tortuga boba en el Mediterráneo español está detrás del declive alarmante, a miles de kilómetros, de la población reproductora de la especie en Florida (Estados Unidos), la más importante del planeta. El palangre y otras amenazas en nuestras costas están impidiendo a las hembras de estas criaturas transoceánicas retornar para desovar a las playas norteamericanas que las vieron nacer.
Las tortugas marinan observadas en el litoral español son la boba (Caretta caretta), la verde (Chelonia mydas), la laúd (Dermochelys coriacea) y, mas raramente, la lora (Lepidochelys kempii) y la carey (Eretmochelys imbricata). Las dos primeras están catalogadas en la Lista Roja de la UICN como “En peligro”, mientras que las tres restantes han sido incluidas en la máxima categoría de amenaza, la de “En peligro crítico”.



Estas especies están estrictamente protegidas, siendo ilegal su captura o hacerles cualquier tipo de daño. Sin embargo, durante las últimas décadas se está produciendo una mortalidad muy elevada en el Mediterráneo, especialmente relacionada con la pesca (1, 2, 3, 4). Sólo por la actividad del palangre de superficie, hasta veinticinco mil tortugas bobas podrían estar muriendo anualmente (2), debido a las capturas accidentales en este arte de pesca en el Mediterráneo occidental, destinado sobre todo a capturar pez espada (Xiphias gladius). Estudios de marcaje y recaptura estiman una mortalidad anual de juveniles –entre quince y setenta centímetros de longitud del caparazón– de tortuga boba en estas aguas de casi el 30% (3).



Este problema se ve agravado por el efecto barrera que produce el estrecho de Gibraltar, por el que tortugas juveniles de todos los orígenes permanezcan durante periodos muy prolongados –varios años– cerca de las costas españolas (5) Si suponemos que el tiempo medio de estancia de estos animales en aguas mediterráneas es de quince años, sobreviviría menos del 1%.



Pero por sorprendente que parezca, han sido datos obtenidos recientemente a miles de kilómetros del Mediterráneo los que ha puesto de manifiesto la urgencia de incrementar sustancialmente los esfuerzos de conservación en nuestro litoral sobre la tortuga boba, donde es la especie de tortuga más común.
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