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Tribuna

Osos y humanos, juntos pero no revueltos

Por Guillermo Palomero

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Recientemente, se ha rumoreado que el oso pardo cantábrico se estaba habituado a la presencia humana y acercándose más a los pueblos, con un mayor riesgo de conflictos. Expertos en este mamífero consideran estos argumentos no sólo falsos. Pueden también degradar el excelente grado de convivencia entre osos y hombres, logrado tras décadas de esfuerzos conservacionistas.
Basándose en algunas opiniones y en unos pocos casos de osos con un comportamiento excepcional y ocasional, las informaciones aparecidas recientemente en algunos medios de comunicación indican que el oso pardo cantábrico está experimentando una modificación de su conducta que le ha hecho perder el miedo al hombre y acercarse cada vez más a los pueblos.

A partir de ahí, se especula con la posibilidad de que la dieta del plantígrado se esté artificializando (con consumo incluso de basuras), además de incrementarse el riesgo de ataques al ganado y de encuentros agresivos con el hombre. Incluso se llegan a sugerir medidas para prevenir este supuesto acercamiento.

Desde la Fundación Oso Pardo (FOP), con la garantía de un profundo conocimiento de la especie, gracias a décadas de seguimiento en el campo por parte de sus técnicos y guardas especializados, entendemos que no es cierto que los osos se estén habituando más a los humanos. En realidad, siempre ha existido una estrecha convivencia entre unos y otros en la cordillera Cantábrica, forzada por el limitado espacio que ambos comparten.
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