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Las Universidades de La Laguna y Politécnica de Madrid recomiendan actuar en el hábitat

El reto de salvar al pinzón azul en Gran Canaria

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
En el verano de 2007, se quemó en Gran Canaria gran parte del hábitat de la subespecie de pinzón azul que vive en esta isla. Para ayudar a que no se extinga, un estudio de las Universidades de La Laguna y Politécnica de Madrid realizado en Tenerife, donde este endemismo canario está bastante menos amenazado, recomienda conservar los pinares densos y maduros donde el ave se alimenta en invierno y colocar comederos artificiales.

por Eduardo García del Rey
El pinzón azul (Fringilla teydea) es un endemismo de las islas Canarias que habita en Tenerife (subespecie nominal teydea) y Gran Canaria (subespecie polatzeki). Las dos razas son similares en coloración –machos azulados y hembras parduscas– pero varían en su tamaño, siendo la de Gran Canaria ligeramente más pequeña. Además, las franjas alares de los machos de esta subespecie son más blanquecinas. A estos detalles morfológicos hay que añadir que genéticamente son diferentes, lo que obliga a abordar la conservación de ambas por separado.

En las dos islas el pinzón azul se encuentra restringido a las masas forestales monoespecíficas de pino canario (Pinus canariensis), lo que le convierte en la única especie endémica especialista de estos bosques subtropicales.

El pinzón azul de Tenerife es un ave relativamente común en los pinares de esta isla (1). Su tamaño poblacional se estimó en 2002 en 19.800 aves (2). Los machos son más grandes que las hembras y durante la reproducción éstas buscan invertebrados en las acículas de los pinos, mientras que los primeros se alimentan principalmente de piñones de piñas abiertas en el suelo (3, 4).

Por el contrario, el pinzón azul de Gran Canaria se encuentra al borde de la desaparición, hasta el punto de que en el Libro Rojo de las Aves de España aparece catalogado como “En peligro crítico”. La situación se ha agravado después de que buena parte de su hábitat se quemara en un devastador incendio ocurrido a finales de julio del 2007. El fuego afectó a los pinares de la Reserva Natural Integral de Inagua, de más de 3.000 hectáreas, al oeste de la isla, considerada como el último refugio actual de esta subespecie.

Esta catástrofe ha propiciado que expertos de las Universidades de La Laguna y Politécnica de Madrid asuman el reto de proporcionar observaciones con la mayor certidumbre posible, en el menor tiempo, con el fin de ayudar a conservar esta joya de la biodiversidad del archipiélago canario. A la vez, pretenden avanzar en el conocimiento de la ecología de la subespecie de Tenerife, cuyo hábitat también se vio afectado por otro incendio, en la zona de La Guancha, al norte de la isla, en agosto de 2007.
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