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Un novedoso proyecto desarrollado en la Sierra Morena cordobesa

Crear charcas para anfibios: una herramienta eficaz de conservación

Texto: Ricardo Reques y Miguel Tejedo. Fotos: Ricardo Reques. Mapas y gráficos: OrniTour.

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Crear charcas para anfibios: una herramienta eficaz de conservación
La construcción de charcas es una medida eficaz para salvaguardar especies amenazadas de anfibios. El éxito de estos nuevos medios acuáticos para las poblaciones de anfibios depende de sus propias características, de la distancia a otras charcas y de la calidad del medio terrestre que las comunica. Teniendo en cuenta estas premisas, a finales de 2007 se construyeron varias decenas de charcas en Sierra Morena central, en la provincia de Córdoba, que ya han comenzado a dar resultados positivos.

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En unas pocas décadas los anfibios han pasado de despertar muy escaso interés a convertirse en un grupo ampliamente estudiado por los científicos y bien conocido por la sociedad. La explicación se debe, en parte, al hecho de haberse detectado, especialmente desde los años ochenta, importantes declives en poblaciones situadas en lugares muy diversos del mundo, incluso en áreas bien conservadas. Es bastante probable que tales declives tengan relación con las perturbaciones que el hombre está causando a escala planetaria. Tanto es así que, en la actualidad, los anfibios son los vertebrados más amenazados del planeta.
Aunque algunas causas globales de este fenómeno son difíciles de identificar, en Europa la pérdida de hábitats debido a cambios en el uso del suelo y la proliferación de especies foráneas invasoras se perfilan como las más habituales. La mayor parte de las especies que viven en España se reproducen en pequeños humedales de carácter temporal (charcas, praderas inundables, márgenes de arroyos) que constituyen hábitats extremadamente frágiles y susceptibles de desaparecer debido a sus pequeñas dimensiones. Ese tamaño reducido determina que, por una parte, su pérdida sea prácticamente indetectable y, por otro, que las agencias de conservación nunca los consideren prioritarios. Así, por ejemplo, en Andalucía se ha calculado que en los últimos cincuenta años ha desaparecido el 46% de los humedales de gran tamaño; pero ese porcentaje supera el 65% si incluimos también a los pequeños humedales (1), que son, precisamente, los más utilizados por la mayor parte de las especies de anfibios. Además, esta tendencia seguirá en aumento si se cumplen las previsiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (2). Tanto los anfibios como los pequeños humedales donde se reproducen se encuentran entre los elementos bióticos más amenazados por el cambio climático, debido a la pérdida de hábitats y a la prevista disminución de las precipitaciones con temperaturas más elevadas, que acortarán el periodo de duración de las charcas. Ante este nuevo escenario, es urgente adoptar medidas que mitiguen tales efectos y aseguren la conservación de los anfibios en el futuro.
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