Comederos de quebrantahuesos, eficaces pero no lo suficiente

El uso ilegal de cebos envenenados parece ser el principal factor de mortalidad de la población europea de quebrantahuesos (1). La alimentación suplementaria ha sido propuesta como una herramienta de manejo destinada a proporcionar a esta especie un alimento no contaminado, con objeto de reducir el riesgo de muerte por intoxicación y, en general, para incrementar la supervivencia individual y lograr una rápida recuperación de la población. Pero ¿son los comederos realmente útiles para lograr este objetivo?
En un reciente estudio evaluamos el efecto de los comederos sobre las trayectorias poblacionales de los quebrantahuesos pirenaicos españoles en escenarios en los que el veneno reduce las tasas de supervivencia de sus efectivos (2). Aunque existe una creciente bibliografía que evalúa la eficacia de la alimentación suplementaria (3), la mayor parte de los estudios se han centrado en los efectos en las tasas reproductoras y la supervivencia de pollos en nido. Para especies de larga vida con una prolongada etapa preadulta, esta estrategia de manejo puede favorecer tanto la supervivencia preadulta como la adulta, a la vez que esta última incrementar la capacidad reproductora.

A escala poblacional, si la alimentación suplementaria sustituye eficazmente a fuentes de alimento potencialmente contaminadas por tóxicos, puede redundar positivamente en el índice de crecimiento. Tengamos en cuenta que la viabilidad de poblaciones de especies de larga vida es extremadamente dependiente de la supervivencia de las aves de más edad (4).

Tanto es así que la selección natural podría haber minimizado la variación en este parámetro con el fin de garantizar la estabilidad poblacional (5). De hecho, la teoría ecológica predice que la supervivencia en especies longevas debería aumentar con la edad debido a que, en primer lugar, los individuos mejoran sus habilidades competitivas o pasan de un estilo de vida divagante a uno más sedentario tras la adquisición de un territorio. En segundo lugar, la selección natural elimina progresivamente los individuos de baja calidad (6).