www.revistaquercus.es

Una reflexión sobre los lobos tullidos y el origen del perro

El extraño lobo de Zarnesti

El extraño lobo cojo de Zarnesti, con su pata posterior izquierda completamente rígida (foto: José Carlos de la Fuente).
El extraño lobo cojo de Zarnesti, con su pata posterior izquierda completamente rígida (foto: José Carlos de la Fuente).
lunes 01 de octubre de 2018, 19:18h

Veníamos de una espera al amanecer en los bosques cercanos, donde solemos observar al oso pardo con frecuencia, al lince boreal con suerte y, si los dioses del bosque están con nosotros, oímos aullar al lobo o lo vislumbramos fugazmente. De los tres grandes carnívoros, el cánido es el más complicado de ver, con diferencia, en los Cárpatos rumanos. Pero aquella mañana tuvimos la oportunidad de vivir el encuentro más desconcertante que he podido tener con un lobo.

Por José Carlos de la Fuente

Zarnesti es una antigua población de Rumanía que ha visto cómo declinaban sus dos principales actividades industriales: el papel y las municiones. Por eso muchas familias se trasladaron a las vecinas montañas de Bucegi, donde han puesto en pie un próspero negocio basado en el turismo de naturaleza y el alojamiento rural. La observación de grandes carnívoros es uno de los principales objetivos de este tipo de actividad, con osos pardos, linces boreales y lobos como especies más deseadas. Además, el desarrollo de esta nueva fuente de riqueza está favoreciendo una percepción más favorable de los tres depredadores por parte de la población local. Desde el año 2013 participo como guía en los viajes organizados por la empresa española Ecowildlife Travel que tienen como destino los Cárpatos transilvanos y el Delta del Danubio.

El Santuario para Osos Libearty se encuentra en un promontorio cercano a la localidad transilvana de Zarnesti. Hemos programado una visita a este centro donde se proporciona una existencia digna a los osos rescatados de la vida en cautividad, aunque también mantienen a otras especies, como corzos e incluso algún lobo. Los osos mantienen allí los límites mentales de su antigua jaula, donde languidecieron como reclamo de un restaurante, y aún se mueven por aquel reducido espacio, cuyas rejas sólo ven ellos. Otros fueron cegados para posar tranquilamente con los clientes del negocio hostelero de turno. Siempre me deprime ver cuánto sufrimiento absurdo somos capaces de infringir a otros seres vivos.

Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (6)    No(0)

+
3 comentarios