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Urogallo en Escocia El ejemplo de la reserva de Loch Garten, extrapolable a España

Éxito en la gestión del urogallo escocés y su hábitat

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Éxito en la gestión del urogallo escocés y su hábitat
Un proyecto subvencionado por la Unión Europea ha permitido gestionar en Escocia cientos de hectáreas de pinares en beneficio del urogallo. Un buen ejemplo es la reserva de Loch Garten, con más de un centenar de ejemplares. Se están recuperando arandaneras, vitales para la especie, mediante un abanico de técnicas de probada eficacia que podrían ser aplicables con el urogallo cantábrico, víctima de un dramático declive.

por Manuel Antonio González e Iñaki Reyero


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La familia de las tetraónidas, adaptada a climas duros, caracterizada por sus tarsos emplumados y celos espectaculares, posee en Escocia uno de sus bastiones más importantes de toda Europa, con representación de cuatro especies: el urogallo (Tetrao urogallus), el gallo lira (Tetrao tetrix), el lagópodo escocés (Lagopus scoticus) y la perdiz nival (Lagopus muta). Todas ellas coinciden en la reserva de aves de Loch Garten, en pleno corazón de las Highlands escocesas.

La reserva es uno de las más bellos espacios naturales de los muchos que gestiona la Royal Society for the Protection of Birds (RSPB) a lo largo y ancho del Reino Unido. Cuenta con una amplia extensión de tierras altas denominadas moorlands (callunares turbosos) y está salpicada por decenas de pequeños lagos, en cuyas inmediaciones anidan aves como el águila pescadora (Pandion haliaetus) o el porrón osculado (Bucephala clangula). Sin embargo el hábitat predominante en Loch Garten es el bosque seminatural de pino silvestre (Pinus sylvestris).

La zona boscosa de la reserva es conocida como Abernethy Forest, por la cercanía del pueblo de Abernethy Bridge. En las zonas maduras del interior de este bosque vive el urogallo, con una población estimada de más de un centenar de ejemplares. El gallo lira se mueve entre el límite del bosque y las praderas circundantes. Los brezales de brecina (Calluna vulgaris), a más altitud, dan cobijo al lagópodo escocés y las más elevadas zonas rocosas de las montañas son el hogar de la perdiz nival. Es decir, que cada tipo de hábitat de la reserva posee su especie característica de grouse, palabra inglesa para denominar a las especies de la familia de las tetraónidas.

La población autóctona de urogallos se extinguió de Escocia en el siglo XVIII. Pero con el tiempo pudo ser restablecida mediante traslocación de aves salvajes procedentes de Suecia, pertenecientes a otra subespecie. Hoy en día, debido a la práctica inexistencia de pinares naturales, el urogallo escocés encuentra en las repoblaciones forestales realizadas con pino silvestre, de entre treinta y doscientos años, el hábitat donde desarrollar todo su ciclo anual de invernada, celo y reproducción.

A finales de los años noventa, la población escocesa de urogallos descendió hasta el millar de ejemplares, cifra muy alejada de los 20.000 que había en 1970. Diversos organismos comenzaron entonces a trabajar juntos a favor de la especie. A diferencia de España, allí la mayor parte de los bosques son de propiedad privada, por lo que la colaboración de los propietarios fue vital para desarrollar las iniciativas de recuperación propuestas.

Mediante un exitoso proyecto Life (“Capercaillie Life Proyect”) de la Unión Europea, desarrollado entre 2002 y 2004, se promovió el manejo de cientos de hectáreas de bosque escocés con el único fin de beneficiar la supervivencia y el éxito reproductor del urogallo. Los resultados no se hicieron esperar: cuando este proyecto concluyó, la población del ave se había duplicado, pasando a contar con unos 2.000 ejemplares.
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