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Ámbar y bosques resiníferos del Cretácico en España

Avispa parasitoide de la familia Platygastridae conservada junto a una pata de cucaracha en ámbar del yacimiento de San Just (Teruel). Foto: E. Peñalver.
Avispa parasitoide de la familia Platygastridae conservada junto a una pata de cucaracha en ámbar del yacimiento de San Just (Teruel). Foto: E. Peñalver.
domingo 03 de septiembre de 2017, 12:06h

Mirar en el interior del ámbar con un potente microscopio es observar casi intactos muchos de los pequeños organismos que habitaban en los bosques resiníferos de hace 105 millones de años. Un valioso testimonio sobre la evolución y la biología

de los artrópodos terrestres.

Por Enrique Peñalver y Eduardo Barrón

El naturalista Plinio el Viejo argumentó que el ámbar que llegaba a Roma como una materia preciosa debía ser originalmente un jugo producido por los árboles, ya que en su interior se observaban insectos y pequeños reptiles. Un ejemplo más de su mente inquisitiva. Sin embargo, no podía imaginar que el tiempo transcurrido desde que vivieron esos organismos se cifraba en millones de años. Si a Plinio le hubiesen mostrado ámbar del norte de Hispania, seguramente no habría detectado insectos, ya que es muy oscuro y poco transparente. Aunque su existencia era conocida desde antiguo, hasta hace apenas dos décadas se ignoraba la importancia científica del ámbar, o resina fósil, de la Península Ibérica. Todo cambió cuando se descubrieron insectos incluidos en ámbar de Álava.

El origen del relato se remonta a hace 105 millones de años. En aquel entonces, existían amplios bosques de coníferas del grupo de las araucarias que producían mucha resina. Esa resina atrapaba a pequeños artrópodos que vivían en la corteza de los árboles, volaban cerca del tronco y las ramas o habitaban en la hojarasca del suelo. La resina fue posteriormente transportada por los ríos hasta quedar enterrada en los estuarios. En la actualidad, la erosión natural o las excavaciones necesarias para las obras públicas exponen el ámbar de nuevo a la luz del sol, que vuelve a atravesarlo después de millones de años en la más completa oscuridad, oculto en estratos rocosos.

Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.

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