Liberación púrpura

Avanzada la primavera, entre finales de mayo y principios de junio, puede observarse un fenómeno recurrente en el Mediterráneo: la liberación de gónadas (células sexuales) de la gorgonia púrpura (Paramuricea clavata). Durante unos días, los óvulos maduros de este espectacular antozoo recubren su superficie, esperando a ser fecundados por los espermatozoides masculinos. Todo pasa muy rápido, pues las frecuentes corrientes de esta época del año acaban dispersando los óvulos, fecundados o no, hacia otra parte. De hecho, es una estrategia reproductiva con una baja tasa de éxito, mientras que el esfuerzo energético para generar tanto
los óvulos como los sacos espermáticos es muy alto para estos organismos.

Los óvulos fecundados que han conseguido pasar a la siguiente fase (plánulas) recurren a sus cilios para dirigirse hacia el fondo, asentarse y crear una nueva colonia. Pero, por regla general, muy pocos lo consiguen y menos aún sobreviven a los primeros estadios de vida. Unos son depredados, otros sucumben a la competencia por el espacio con el resto de los organismos bentónicos, los hay que perecen por falta de alimento y muchos son dispersados hacia lugares poco favorables. De los miles y miles de plánulas liberadas, muy pocas lograrán convertirse en una nueva estructura modular, en otra colonia en forma de árbol subacuático que contribuirá a aumentar la diversidad y la riqueza del fondo del mar.