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Las armas de un depredador

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
El lagarto de arena, también llamado pez de San Francisco (Synodus saurus), es una de esas especies típicas del Atlántico que cada vez se ven con mayor frecuencia en el Mediterráneo. Cuando los buceadores naturalistas acostumbrados al Mediterráneo nos sumergimos por primera vez en las templadas aguas del Atlántico en Canarias, nos llevamos un buen susto al ver los fondos plagados de peces lagarto, que confundimos con los venenosos peces araña (Trachinus draco). Luego, una vez aclarado el error, nos animamos a acercarnos y es entonces cuando apreciamos su feroz aspecto, con esa bocaza tan plagada de dientes que no pueden cerrarla con facilidad. Una auténtica trampa mortal para los pececillos que atrapan protegidos por su camuflaje o enterrándose en la arena, pero siempre con fulminante rapidez.

Estos peces viven en fondos arenosos hasta los treinta metros de profundidad, donde se entierran tanto para cazar como para ocultarse cuando son molestados, y se distribuyen por el Atlántico desde las Canarias hasta las Bahamas, aunque con citas ocasionales en algunos puntos del Mediterráneo.

Hay una especie similar, el pez lagarto de roca (Synodus synodus), que tiene bandas transversales oscuras y una mancha negra en la punta del hocico. Ambos tienen la misma talla y nadan estirados, como si se hubieran tragado un cuchillo.
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