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FIO 2009: cita anual en Monfragüe

Texto y fotos: Rafael Serra

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
FIO 2009: cita anual en Monfragüe
Entre el 27 de febrero y el 1 de marzo se ha celebrado en Villarreal de San Carlos la cuarta edición de la Feria Internacional de Turismo Ornitológico, FIO 2009, con el Parque Nacional de Monfragüe como escenario de lujo.

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Por cuarto año consecutivo el Parque Nacional de Monfragüe ha acogido la Feria Internacional de Turismo Ornitológico (FIO), organizada por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura y por la Institución Ferial de Extremadura. Se trata de la primera feria de este tipo impulsada en España y no es de extrañar que tenga lugar en tierras extremeñas, pues el Gobierno regional se cuenta entre los pioneros en fomentar el turismo ornitológico. Algo obvio, dadas las inmejorables condiciones de Extremadura para la observación de aves.

Como ya es tradicional, la feria estuvo montada durante el último fin de semana de febrero en la aldea de Villarreal de San Carlos, la única población existente dentro de los límites de este espacio natural protegido. Allí se dieron cita 98 expositores, lo que supone un ligero aumento con respecto al año 2008, que congregó a 80. Habrá que esperar a sucesivas ediciones para comprobar si la feria ha tocado techo en torno a esas 90-100 firmas asistentes, tras un llamativo crecimiento desde las 47 de 2006 y las 63 de 2007. En cualquier caso, pocas veces se habrá visto Villarreal tan concurrido como en el fin de semana de la FIO.

A vista de pájaro, las carpas que componen la feria ocupan casi la misma superficie que el casco urbano y, sin lugar a dudas, destacan mucho más desde lejos. A la entrada de la aldea parecen haberse congregado los organismos oficiales y las empresas de servicios turísticos. Hay un espacio reservado para las marcas de óptica, con baterías de telescopios y prismáticos para comparar calidades, y también otro donde se agolpan las organizaciones conservacionistas. Entre medias, editoriales y artesanos completan la lista de expositores. Sería muy deseable que esta feria se consolidara y llegara a convertirse en una cita anual ineludible para los amantes de las aves. Ejemplos no faltan en el extranjero y España, como destino internacional de los birdwatchers, no debería quedarse atrás.

Una guía y un catálogo de aves
Al igual que en años anteriores, un grupo de integrantes de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) fue gentilmente invitado por los organizadores. Y, justo es decirlo, agasajado con todo tipo de comodidades y excursiones por lo más granado de Monfragüe. El 27 de febrero tuvimos la ocasión de contemplar las riberas del Tajo desde un par de embarcaciones y al día siguiente recorrimos la impresionante umbría de Las Corchuelas, siempre en compañía de los guardas del parque. La primavera anunciaba sus galas por todas partes y tanto los buitres negros como los leonados estaban ya echados en sus nidos. Alimoches, culebreras y cigüeñas negras habían llegado desde sus cuarteles de invierno, así que la lista de especies identificadas pronto empezó a girar hacia lo selecto. No en vano, muchos aficionados recorren largas distancias sólo para contemplar a este escogido ramillete de especies. Rematado, si hay suerte, con el águila imperial.

Llegamos tarde a la inauguración de la feria, que corrió cargo de Leonor Flores, consejera de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura, y nos perdimos también el acto de protesta montado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) para denunciar una serie de proyectos desarrollistas poco compatibles con el turismo, ya sea rural u ornitológico. En concreto, una faraónica refinería que está previsto construir en la localidad pacense de Los Santos de Maimona, con su correspondiente oleoducto desde las costas de Huelva, las urbanizaciones ilegales que empiezan a proliferar por los espacios protegidos extremeños y todo un catálogo de parques eólicos y huertos solares en zonas sensibles para las aves. Problemas que ya han sido tratados con detalle en las páginas de Quercus.

Durante la visita a la feria tuvimos la oportunidad de comprobar que en el pabellón de Extremadura se distribuía a buen ritmo el cuadernillo de campo con rutas y recomendaciones para observar aves que las revistas Quercus y Turismo Rural publicaron el pasado mes de febrero con el patrocinio de la Consejería de Cultura y Turismo. Lógicamente, la feria era la ocasión más propicia para distribuirlo entre un público sensible e interesado. Y, entre los muchos actos de la mañana del sábado, cabe destacar la presentación del tomo correspondiente a las aves del Catálogo regional de especies amenazadas de Extremadura, a cargo del consejero del ramo, José Luis Navarro. Una herramienta de gestión fundamental y que debería pasar a la fase aplicada sin pérdida de tiempo.

Los tres días de la feria se quedaron cortos para atender a tantas tentaciones: un nutrido programa de actividades, el reclamo constante de Monfragüe, muchos encuentros con amigos distantes y la ocasión de asistir a un evento hecho a la medida sin necesidad de desplazarse hasta Rutland, sede de la celebérrima British Birdwatching Fair.
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