Los peces del río Bullaque

El río Bullaque llegó a albergar once especies autóctonas de peces. Ya en el siglo XVI, la principal fuente de información de la época afirma que “no es caudaloso porque deja de correr en agosto, aunque tiene tablas y charcos muy grandes y hondos, que en ningún tiempo se secan, y se crían en él muchos peces y anguilas muy grandes y buenos” (1). Las mismas fuentes citan a la lamprea (Petromyzon marinus) en la no muy lejana localidad de Daimiel, especie que penetra desde el mar para reproducirse en los ríos y que aún se pescaba en el bajo Guadiana por aquellos tiempos, pero la reciente presa de Alqueva (Portugal) ha supuesto una barrera infranqueable para los peces migradores (2). En las Descripciones del cardenal Lorenzana vuelve a aparecer el Bullaque, como un río “de agua muy delgada y dulce, en el cual se crían con abundancia barbos y carpas de gusto muy sabroso y delicado, anguilas, galápagos y algunas lampreas” (3). No obstante, dado el uso común del vernáculo “lamprea” para designar a la colmilleja (Cobitis paludica), hay que tomar con cautela estas referencias antiguas. Aún así, el hecho de que se hable de “algunas” lampreas da mayor verosimilitud a su presencia, ya que la colmilleja es mucho más abundante y no tiene interés pesquero debido a su pequeño tamaño.