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Tribuna

Conejos y consenso, vitales para el lince en Castilla-La Mancha

Un lince ibérico es liberado en el término municipal de Almuradiel (Ciudad Real) el pasado 2 de julio, en presencia de María Dolores de Cospedal, presidenta del Gobierno de Castilla-La Mancha, y María Luisa Soriano, consejera de Agricultura de esta comunidad autónoma (foto: Gobierno de Castilla-La Mancha).
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Un lince ibérico es liberado en el término municipal de Almuradiel (Ciudad Real) el pasado 2 de julio, en presencia de María Dolores de Cospedal, presidenta del Gobierno de Castilla-La Mancha, y María Luisa Soriano, consejera de Agricultura de esta comunidad autónoma (foto: Gobierno de Castilla-La Mancha).
martes 30 de diciembre de 2014, 21:30h
Propietarios de cotos, cazadores a través de sus organizaciones, administraciones públicas, conservacionistas y ecologistas. El consenso entre todos ellos es imprescindible para que un proyecto tan ambicioso y complejo como el de la reintroducción del lince ibérico en Castilla-La Mancha tenga garantías de éxito.

José Guzmán Piña
A raíz de la muerte accidental por disparo del lince Kenitra, el pasado 22 de octubre, en una finca cinegética del término municipal de Torre de Juan Abad (Ciudad Real), se imponen algunas reflexiones. Este animal era uno de los linces ibéricos que se han reintroducido en 2014 en Castilla-La Mancha gracias al proyecto LIFE+ Iberlince.

Es cierto que en esta comunidad autónoma se dan excelentes condiciones ambientales para la reintroducción de la especie en montes donde se extinguió no hace mucho tiempo. Sin embargo cabe preguntarse si se dan las mismas condiciones a escala social.

La realidad es que los primeros linces liberados ya campean por la región, sobre todo en grandes fincas privadas dedicadas principalmente a la caza. Por lo tanto, la aceptación de la presencia de la especie por parte de propietarios y gestores de cotos es indispensable.

Desde este punto de vista es necesario valorar adecuadamente la gestión que se realiza en estas fincas y trabajar a favor de la conservación a través de convenios de colaboración con propietarios y cazadores. Igualmente importante es que ante casos como el de Kenitra no cunda la alarma y no se cortocircuite el diálogo entre las partes, de manera que el conocimiento y la sensatez predomine sobre el enfrentamiento y el radicalismo.
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