La tortuga boba en el Mediterráneo occidental

Durante más de una década se ha discutido mucho sobre el origen de unos restos de huevos de tortuga boba (Careta caretta) encontrados en septiembre de 1990 en el delta del Ebro (Tarragona). Posteriormente fueron halladas dos puestas de esta misma especie: una en la playa de Vera (Almería) en 2001 (1) y la otra en Córcega (Francia) en 2002 (2), que reavivaron el debate en los círculos de expertos. La existencia de playas de puesta en la Manga del Mar Menor (Murcia) y Córcega está bien documentada a finales del siglo XIX (2, 3). Sin embargo, la opinión mayoritaria es que las áreas del Mediterráneo donde esta especie se reproduce están confinadas a su cuenca oriental (4). De hecho, se considera que en el Mediterráneo occidental confluyen ejemplares de tres poblaciones distintas: las islas de Cabo Verde, el Atlántico norteamericano y el Mediterráneo oriental (3, 4). Así, cientos de tortugas bobas juveniles, nacidas en las playas del Atlántico norte y del Mediterráneo oriental, se concentran cada año alrededor de las zonas de alimentación del Mediterráneo occidental, principalmente en aguas de las islas Baleares. Ciertas evidencias sugieren la existencia de una barrera permeable al norte de dichas islas que divide la cuenca occidental en un eje de este a oeste, de tal manera que en la parte septentrional se concentran las tortugas de origen mediterráneo y en la parte meridional las tortugas de origen atlántico.