El retorno del avetoro a Doñana

En el Atlas de las Aves Reproductoras de España (1) se afirma que la población de avetoro común (Botaurus stellaris) en nuestro país no debe superar los 25 machos territoriales. Contaría con núcleos estables en el valle medio del Ebro y en las lagunas de Pitillas (Navarra) y Sariñena (Huesca), mientras que habría disminuido mucho en Baleares y se habría vuelto meramente testimonial en Cataluña y Castilla-La Mancha.

No por casualidad, en el Libro Rojo de las Aves de España, de próxima aparición, el avetoro aparece catalogado en el máximo grado de amenaza, “En peligro crítico”. Afortunadamente, la situación de la especie parece haber mejorado en algunos lugares durante los últimos años. Así, en S´Albufera (Mallorca), única localidad de cría en Baleares, se ha recuperado hasta alcanzar sus valores máximos conocidos, unos diez machos, en 2003 (2). Mientras, en la laguna de Sariñena, otro de sus principales refugios españoles, se han localizado quince ejemplares en ese mismo año (3).

Especialmente significativo ha sido el hecho de que el avetoro haya vuelto a colonizar Doñana, de donde había desaparecido como reproductor en tiempos recientes. La presencia de esta garza en las marismas del Guadalquivir es conocida desde los inicios de la literatura ornitológica española. Ya a finales del siglo XIX, José Arévalo y Baca, por ejemplo, lo cita en los Cotos del Rey y de Doñana, mientras que Abel Chapman y Walter Buck dicen que pone sus huevos en esta comarca en abril y a veces antes, en marzo (4, 5).