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La población censada alcanza el centenar de ejemplares

La madreperla de río en el alto Alberche

Por Javier Balset

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Hasta la fecha, la única cita conocida de madreperla de río en la cuenca del Tajo corresponde al descubrimiento de una población en el curso alto del Alberche, al sureste de la provincia de Ávila, durante el verano de 2002. Estudios posteriores han demostrado que no padece la falta de renovación por reclutamiento de juveniles que afecta a otras poblaciones de náyades.
Antes de que se descubriera la población del alto Alberche, el área de distribución peninsular de la madreperla de río (Margaritifera margaritifera) se limitaba a los cauces atlánticos y cantábricos de Galicia y Asturias (1), así como a unos pocos cursos de la cuenca del Duero en Castilla y León y en Portugal (1, 2). La población del Alberche es, hasta el momento, la única conocida en la cuenca hidrográfica del Tajo, aunque aún quedan muchos ríos por muestrear (3). La razón quizá estribe en la antigua captura de un río situado más al norte, por un fenómeno de erosión remontante, que en el pasado sí pertenecería a la cuenca del Duero (4). A pesar del declive general que ha sufrido la madreperla de río en gran parte de su área de distribución mundial –y que puede calificarse de auténtico desastre en el ámbito ibérico–, las relativamente buenas condiciones de conservación en las que se encuentra este tramo del río Alberche han permitido que llegara hasta nosotros tan interesante población. Sin embargo, aunque las noticias sobre el descubrimiento de nuevas poblaciones de especies amenazadas siempre son motivo de alegría, en este caso debe tomarse como una llamada de urgencia a las administraciones competentes, en concreto a la Junta de Castilla y León, la Confederación Hidrográfica del Tajo y el Ministerio de Medio Ambiente. No en vano, los trabajos de campo que estamos llevando a cabo demuestran que se trata de una población muy amenazada, al igual que la gran mayoría de las ibéricas (5). Uno de los indicios más llamativos que anuncian la extinción local de náyades es la falta de juveniles. En otras palabras, el ciclo vital de las larvas no llega a concluir y la población va quedando reducida a ejemplares adultos, muy envejecidos, que no pueden perdurar a largo plazo. El siguiente paso es la extinción. Esto es precisamente lo que parece estar ocurriendo en numerosos ríos españoles y portugueses con madreperlas. De hecho, sólo se ha constatado el reclutamiento de juveniles en las poblaciones de los ríos Narcea (Asturias), Umia (Galicia), Tuela, Mente y Rabaçal (Portugal).
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