Opinión

Acta de defunción por Espelunciecha

Miércoles 22 de octubre de 2014
El pasado diciembre, esta misma sección
(ver Quercus 214, pág. 66) se hacía eco
de un llamamiento de última hora para

salvar Espelunciecha, el pequeño valle
del Pirineo aragonés que se ha
convertido en símbolo de la lucha

en defensa de estas montañas.

Hoy toca contar que las excavadoras
están ya arrasándolo para permitir

la ampliación de la estación
de esquí de Formigal.


Ya no escribiré más ni haré referencias a lo que habría que proteger en Espelunciecha: las máquinas han entrado en el valle y su paisaje es objeto de la dañina cirugía que estaba prevista en los planes de la empresa de obras. No han podido esperar ni a que se quitara la nieve, como si se tratara de resolver un desafío o como si hubiera prisa en desfigurarlo para que no haya nada que conservar si acaso las cosas tomaran otro rumbo. Ya habrá poco que defender allí. Hemos perdido otro valle. En este momento todos somos, no sólo el lugar, algo menos de lo que éramos hace unos días.