Opinión

En ayuda del ingeniero de los ecosistemas

Miércoles 22 de octubre de 2014
El conejo es una pieza clave en el mundo mediterráneo, más allá de su protagonismo como presa básica para muchos depredadores. Por el mismo motivo, el declive de este auténtico “ingeniero de los ecosistemas” puede desencadenar importantes efectos en cascada, a menudo poco evidentes o conocidos. Recuperar sus poblaciones es urgente y prioritario.

por Miguel Delibes Mateos


Estamos acostumbrados a escuchar y leer sobre la necesidad de recuperar la abundancia de conejos en la península Ibérica. Pero, ¿quiénes lo reclaman? Por un lado, como es natural, los cazadores; por otro, los conservacionistas preocupados por los depredadores que dependen estrictamente del lagomorfo.

No es un asunto menor: más de cuarenta especies consumen o pueden consumir conejos con cierta regularidad, incluidos algunos omnívoros como el jabalí o reptiles como la culebra bastarda. La mayoría de sus depredadores son carnívoros y rapaces de gran interés desde el punto de vista de la conservación.

El papel del conejo como presa para la comunidad de depredadores mediterráneos es de sobra conocido. En la Reserva Biológica de Doñana se ha estimado que, antes de la llegada de la enfermedad hemorrágica vírica, éstos consumían más de cincuenta mil conejos al año en una superficie de unas seis mil hectáreas, lo que equivaldría a unos ocho conejos por hectárea.

Pero la importancia del lagomorfo va mucho más allá. Y no me refiero sólo a la opinión de historiadores que, como Antonio García Bellido, reclaman para él la condición de animal totémico o simbólico de la península Ibérica, sino a su papel ecológico. Me atrevería a decir que sin conejos el monte mediterráneo no existiría, o al menos no sería tal como lo conocemos.

Así lo hemos sugerido en un artículo publicado recientemente en la revista científica Conservation Biology (vol. 22, nº 5). Buena parte de este texto gravita sobre la idea del conejo como “ingeniero de los ecosistemas”, es decir, con capacidad de modificar las condiciones ambientales y la disponibilidad de recursos y que, por lo tanto, puede afectar a otras especies y a las relaciones entre éstas. Veamos de qué manera.

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