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Estrategias vitales de las moscas de las piedras en ambientes temporales

Moscas de las Piedras / adaptaciones a cauces temporales. Abarcan desde la fase de huevo hasta la de adulto, pasando por la de ninfa.

Texto: Manuel J. López-Rodríguez y José Manuel Tierno de Figueroa. Fotos: M.J. López-Rodríguez

Miércoles 22 de octubre de 2014
Los cauces que se secan en verano plantean todo un desafío a sus habitantes acuáticos. ¿Cómo hacer frente al periodo anual adverso? Los plecópteros, o moscas de las piedras, son unos insectos muy ligados a los cursos fluviales y han desarrollado numerosas adaptaciones a lo largo de todo su ciclo vital para soslayar los inconvenientes de los ríos y arroyos, cada vez más estacionales, de la España mediterránea.
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Las peculiares características del clima mediterráneo, especialmente en lo que respecta a las precipitaciones, hacen que muchos ríos y arroyos españoles, en particular los del sureste peninsular, estén regidos por una gran estacionalidad y variabilidad anual. Esto se traduce en un abrupto y repentino aumento del flujo (crecida), que coincide generalmente con las primeras lluvias del otoño, y una gradual desecación que puede prolongarse durante varios meses (estiaje), capaz de hacer que desaparezca totalmente el agua en algunos arroyos. Los cursos sometidos a este régimen hidrológico se conocen como ríos o arroyos temporales. Crecidas y estiajes son los principales reguladores de la fisonomía de los ríos mediterráneos y de las estrategias vitales de los seres vivos que albergan, aunque parece que son más resistentes a las primeras que a los segundos (1). Entre otros efectos, el estiaje supone una reducción o incluso desaparición del hábitat disponible, una menor concentración de oxígeno, un incremento de la salinidad, un aumento de la deposición de sedimentos finos y, en muchos casos, una invasión del cauce por la vegetación (1).

Por tanto, muchos de los organismos que habitan en estos medios han desarrollado toda una serie de estrategias para superar la etapa crítica (2). En primer lugar, pueden buscar refugio en las escasas pozas que aún quedan con agua o bien enterrarse en el sedimento. También pueden desarrollar estados de resistencia mediante huevos durmientes o fenómenos de criptobiosis, caracterizados por una disminución de la tasa metabólica y una elevada resistencia a la desecación. En tercer lugar, pueden tener ciclos vitales rápidos, que les permitan aprovechar al máximo el periodo favorable. Y, por último, algunos aprovechan su capacidad de vuelo para dispersarse por el aire.