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La invernada africana del cernícalo primilla

Ejemplares marcados en España con geolocalizadores invernan en África occidental

Miércoles 22 de octubre de 2014
Los geolocalizadores, dispositivos diminutos que al medir el nivel de luz permiten trazar la migración de los animales, se han usado por primera vez con el cernícalo primilla. Tras marcar con este novedoso sistema a varios ejemplares de la población española, se confirma que es prioritario proteger las zonas de invernada en África occidental de esta rapaz globalmente amenazada.

por Airam Rodríguez, Juan J. Negro y Javier Bustamante

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El cernícalo primilla (Falco naumanni) es un pequeño halcón cuya área de nidificación en el Paleártico se extiende desde la península Ibérica hasta China, en una franja de latitudes medias (Figura 1). En Europa sufrió un dramático declive –cerca del 95%– desde mediados del siglo pasado hasta la década de los ochenta. En el conjunto de su área de distribución mundial, se ha estimado una reducción de más del 30% de la población, lo que ha hecho que esta especie se incluya en la categoría de “Vulnerable” en la Lista Roja de la UICN. La causa principal hay que buscarla en la degradación y pérdida del hábitat. Esta amenaza es un resultado de la intensificación agrícola, el abandono de cultivos cerealistas marginales, las repoblaciones forestales y la extensión de las zonas urbanas en las áreas de cría del Paleártico occidental, así como en algunos cuarteles de invernada.

El cernícalo primilla es una de las aves de presa mejor estudiadas: más de doscientos artículos científicos publicados y más de ocho tesis doctorales defendidas solamente en España. Sin embargo, existe muy poca información sobre su ecología de invernada y migración.

Sabemos que, a partir de septiembre, la mayor parte de los ejemplares abandona las zonas de cría, aunque una fracción de los adultos en el sur de España permanece en el entorno de las colonias. Y que inverna formando grandes dormideros en el Sahel y en el sur de África. Sin embargo, desconocemos si pasan todo el invierno en un mismo sitio o si van cambiando de lugar, siguiendo por ejemplo las explosiones poblacionales de sus presas.

Tampoco se ha podido precisar el origen de las aves que ocupan cada año esas áreas. Hasta el momento, los datos disponibles apuntan a que las provenientes de diferentes partes del área de cría tienden a estar separadas en las zonas de invernada. Este patrón fue propuesto por Reginald E. Moreau hace más de 35 años en su espléndida obra acerca de la migración aviar paleártico-africana, aunque sin presentar ninguna evidencia científica al respecto (1). Un reciente estudio genético proponía que la mayoría de los cernícalos invernantes en Sudáfrica era originaria del Paleártico oriental, es decir, de las poblaciones asiáticas. Sin embargo, en ese trabajo, ejemplares provenientes de colonias mediterráneas presentaban genotipos indistinguibles de algunos de las poblaciones orientales (2).

El anillamiento científico tampoco ha resuelto esta cuestión, aunque sus resultados pueden concordar con lo sugerido por Moreau. Después de miles de ejemplares anillados en todo el área de distribución de la especie, pero principalmente en las zonas de cría (casi 40.000 en España de 1973 a 2006), tan sólo se han conseguido cinco recuperaciones en supuestas áreas de invernada de cernícalos migrantes (Figura 1). Dos de ellas eran de aves españolas, anilladas cuando eran pollos, y correspondían a animales muertos encontrados en el oeste de África en fechas bastante tardías para invernantes (20 de junio de 1992 y 23 de abril de 1996).

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