Hierbas Comunes

La madre de todas las zanahorias

Las inflorescencias de la zanahoria silvestre (Daucus carota subsp. carota) atraen a gran cantidad de insectos, lo que asegura su polinización a cambio de pequeñas recompensas.

Por José Ramón Gómez Fernández

Miércoles 22 de octubre de 2014
Planta de gran envergadura y llamativas inflorescencias, la zanahoria silvestre confiere carácter a cunetas y eriales. A pesar de su gran abundancia, nadie parece relacionarla con el origen de nuestra bien conocida hortaliza.

Las personas versadas en asuntos hortícolas suelen sorprenderse de encontrar zanahorias silvestres en cualquier cuneta descuidada. Pero los rasgos de la planta son evidentes: porte orgulloso y señorial –como sabiendo que proviene de una larga estirpe–, hojas finamente recortadas y de delicado aspecto, tallos elegantes y, sobre ellos, abundantes agrupaciones de minúsculas florecillas. Todo recuerda a una planta bien conocida de nuestras huertas y la coincidencia no es casual. Aunque con ligeros cambios, forma parte de una de las dinastías más fecundas de nuestra civilización: la zanahoria.

A la hora de establecerse, sin embargo, no tiene unos requerimientos tan regios, ni mucho menos. Más bien al contrario: cunetas, eriales y escombreras serán su reino habitual por toda la Península, aunque también prospera en las áreas templadas de los cinco continentes. Aparece tanto en dunas costeras como en áreas de montaña, desde la orilla de los ríos hasta los terrenos más secos y pobres. Una amplitud ecológica que ha sido posible gracias a su enorme variabilidad, pues es una de las especies de mayor complejidad taxonómica de toda la familia de las umbelíferas. Su diversidad genética queda patente en la existencia de once subespecies sólo en la península Ibérica (1).

Fueron los árabes quienes introdujeron el cultivo de esta hortaliza en Europa y dejaron su impronta en el nombre castellano más conocido, pues es bien sabido que “zanahoria” proviene del árabe “safunariya” (2). Otras denominaciones locales tienen el mismo origen: acenoria, azanario, safanoria, sinoria, zanayo, zanhori, zahanoria y cenoria. En cuanto al nombre científico, Daucus carota, el genérico es el término latino que sirve para designar a la zanahoria (daucus), mientras que el específico (carota) proviene del griego karoton, que significa “color azafrán”, por el color de su sabrosa raíz.

Bibliografía

(1) Castroviejo, S. y otros autores (2003). Flora Ibérica. Tomo X. Real Jardín Botánico de Madrid (CSIC). Madrid.
(2) Segura, S. y Torres, J. (2009). Historia de las plantas en el mundo antiguo. CSIC y Universidad de Deusto. Bilbao y Madrid.
(3) Alonso de Herrera, G. (1819). Obra de agricultura general. Imprenta Real. Madrid (según la obra original de 1513).
(4) Pelt, J.M. (1994). Historia y ciencia de las hortalizas. Celeste. Madrid.


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