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Cambios en el piso subalpino de las montañas mediterráneas

EL BOSQUE RECUPERA EL SUELO DEDICADO A PASTOS

Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
Las montañas de la región mediterránea han registrado grandes cambios en su hidrología, cubierta vegetal y procesos de erosión debido a los diferentes usos del suelo y a las fluctuaciones climáticas, principalmente la Pequeña Edad del Hielo y el reciente calentamiento global. Estos cambios tienen una enorme trascendencia que rebasa el ámbito local o regional, dado que las cabeceras de los ríos mediterráneos se comportan como islas de humedad rodeadas de ambientes más secos.

por Yasmina Sanjuán, José M. García-Ruiz, Santiago
Beguería, Juan I. López-Moreno y José Arnáez


Es en las montañas donde se genera la mayor parte del caudal de los ríos mediterráneos, cuyas aguas satisfacen después la demanda agrícola, urbana e industrial en las tierras bajas. Como se sabe, la evolución de los caudales está controlada por dos grupos de factores variables en el tiempo: el clima y la cubierta vegetal. De ahí que los cambios en la temperatura, las precipitaciones y la composición y densidad de la vegetación, se reflejen en aumentos o disminuciones del caudal, perturbaciones en su distribución estacional (régimen fluvial), en la magnitud y frecuencia de las avenidas y en la carga de sedimentos que transportan. Por ejemplo, diversos estudios en el ámbito mediterráneo (1) y en el Pirineo central (2) han demostrado que el caudal sigue una tendencia decreciente desde mediados de los años sesenta del siglo XX, en relación, sobre todo, con el abandono de tierras de cultivo y la consiguiente recolonización vegetal (3), que incrementa el consumo de agua por parte de la vegetación y favorece la interceptación del agua de lluvia. Se estima que esta interceptación, es decir, la cantidad de lluvia que no llega al suelo al quedar atrapada en las hojas y ramas de árboles y arbustos, representa en torno al 20% de la precipitación anual.

Los trabajos que lleva a cabo el Departamento de Procesos Geoambientales y Cambio Global del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) en cuencas experimentales confirman que los ambientes forestales introducen cambios hidrológicos de gran envergadura, como avenidas más moderadas y menos frecuentes y una menor producción de agua en relación con la que entra en forma de lluvia. También se ha comprobado que los antiguos campos de cultivo tienden a aproximarse en su comportamiento hidrológico a los ambientes forestales a medida que van siendo colonizados por formaciones densas de matorral y manchas de bosque. En consecuencia, las zonas erosionadas son cada vez más reducidas en extensión y están más desconectadas de la red fluvial, lo que reduce el aporte de sedimentos de los ríos hacia los embalses. No obstante, otros importantes cambios son también previsibles en el piso subalpino ante futuros escenarios de cambio climático y uso del territorio.

pie de foto: Sierra Telera forma una imponente barrera a cuyo pie se desarrolla el relieve suave del valle de Lana Mayor, en el Alto Gállego, con un pastizal denso y productivo que se estableció hace siglos, inmediatamente después de la deforestación (foto: Francisco Gutiérrez Santolalla).

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