Hierbas Comunes

La insolente hierba de Santiago

Las flores de la hierba de Santiago (Senecio jacobaea) son tan productivas que una sola planta es capaz de generar más de 10.000 semillas.
Miércoles 22 de octubre de 2014
Toda una batería de estrategias permite a la hierba de Santiago sobrevivir en muchos ambientes donde otras plantas no lo consiguen. Además, su éxito reproductivo y la inmunidad que le ofrecen sus toxinas, le han permitido expandirse por toda Europa, salvo en las regiones más secas.

Por J. Ramón Gómez


No por casualidad, volvemos a referirnos a un miembro de la familia de las Compuestas, pariente de las margaritas. Como veremos más adelante, estas plantas reúnen una serie de ventajas que les permiten enfrentarse sin dificultad a ambientes degradados y hostiles. Tienen, por lo general, una gran capacidad de adaptación y unas elaboradas estrategias reproductivas. Donde otras hierbas tropiezan con dificultades, cardos y margaritas encuentran ocasiones propicias para instalar sus poblaciones.

Sin embargo, es curioso que, al igual que aquellos héroes de película que tras restablecer la ley y el orden deben partir en busca de nuevos retos, una vez que estas plantas consolidan el terreno dejan paso a otras especies más exigentes, retirándose en busca de nuevas oportunidades y suelos por conquistar. El hecho de que las Compuestas se encuentren entre las familias vegetales más modernas seguramente ha permitido a sus integrantes desarrollar ciertas ventajas adaptativas, de ahí que conformen uno de los grupos más extensos entre las angiospermas o plantas con flores. Tal es el caso de nuestra protagonista de este mes, la hierba de Santiago (Senecio jacobaea).