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Un estudio genético confirma la recuperación del oso en el oriente cantábrico

Una osa cantábrica y su osezno suben por una ladera (foto: FOP).

Se ponen a punto nuevas herramientas para el seguimiento de la población osera

Jueves 30 de enero de 2020

Varios centros de investigación y la Fundación Oso Pardo han colaborado en un estudio genético centrado en la frágil subpoblación oriental de oso cantábrico. Este tipo de investigaciones está permitiendo poner a punto nuevas y más eficaces herramientas para el seguimiento de la emblemática especie. Los resultados invitan al optimismo, pero aún queda mucho por hacer en un momento que los expertos consideran clave para este amenazado núcleo osero.

Por Fernando Ballesteros, Juan Carlos Blanco, Raquel Godinho, José Jiménez, José Vicente López-Bao y Guillermo Palomero



Los conservacionistas que llevamos años siguiendo de cerca el devenir de los osos (Ursus arctos) cantábricos hemos tenido el privilegio de asistir a un extraordinario proceso de recuperación poblacional que vemos con optimismo cuando revisamos los datos de cada nueva temporada. Extraordinario porque, aunque la mayoría de las poblaciones oseras europeas se mantienen estables o crecen en los últimos años (1), la cantábrica es la única de las pequeñas poblaciones aisladas y amenazadas de oso pardo de Europa occidental que ha revertido su tendencia negativa y se está recuperando de forma natural, sin reintroducciones o reforzamientos poblacionales.

Sin duda, la reducción de la mortalidad causada por el ser humano con lazos, veneno y disparos ilegales, así como la protección legal tanto de la especie como de sus hábitats, la disponibilidad de fuentes de alimento diversas o la mejora de la aceptación social de la especie son factores clave en este esperanzador proceso.

Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.


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