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La importancia del oso pardo como dispersor de semillas

Una osa con su cría alimentándose de arándanos en los montes Tatra de Polonia (foto: Adam Wajrak).

Cumple un papel decisivo para mantener y extender el matorral de arándanos

Domingo 27 de febrero de 2022

Debido a la importancia de los alimentos de origen vegetal en su dieta, al oso pardo se le ha llegado a considerar un carnívoro arrepentido. En efecto, el consumo abundante de frutos carnosos es beneficioso no sólo para los osos, sino también para las plantas que se los proporcionan. Aunque el trabajo de campo se ha llevado a cabo en Polonia, las conclusiones sobre la función del oso pardo como dispersor de semillas son de carácter general y pueden aplicarse perfectamente a nuestras poblaciones de la cordillera Cantábrica y los Pirineos.



Por Alberto García Rodríguez

La dispersión de semillas es un proceso necesario para el correcto funcionamiento de los ecosistemas, ya que favorece la supervivencia y la diversidad genética de las plantas y permite que colonicen nuevas áreas. En regiones templadas y boreales, corre a cargo principalmente de aves y mamíferos, que suelen defecar las semillas en sitios diferentes a donde consumieron los frutos. La distancia a la que estos animales pueden transportar las semillas está condicionada por su tamaño corporal. Mientras que petirrojos y currucas dispersan la mayoría de estas semillas a sólo unas decenas de metros, martas y zorros las defecan a cientos de metros, en ocasiones a más de un kilómetro de distancia (1). Por su parte, grandes frugívoros como el oso pardo resultan claves en el proceso porque pueden desplazar las semillas a distancias mucho mayores. Estudios realizados en Escandinavia sugieren que los osos dispersan la mayoría de las semillas a distancias superiores a los tres kilómetros y, a veces, a más de diez kilómetros.

AUTOR
Alberto García Rodríguez es investigador postdoctoral en la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y miembro del Carpathian Brown Bear Project (https://carpathianbear.pl/en). Dedicó su tesis doctoral, realizada en el Instituto para la Conservación de la Naturaleza de la Academia Polaca de Ciencias, a la función del oso pardo como dispersor del arándano en los montes Tatra.


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