Por WWF España
Tras el éxito del pasado año, en que la especie pasó de “En peligro” a “Vulnerable” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, el crecimiento de la población de lince ibérico (Lynx pardinus) sigue estable en los últimos años. Se trata de un éxito mundial de conservación que demuestra que el trabajo conjunto realizado por todos los actores implicados acerca al lince ibérico a los objetivos para considerar la especie fuera de peligro: 3.500 ejemplares y 750 hembras reproductoras.
El censo, elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Medio Ambiente (Miteco) a partir de los datos proporcionados por las diferentes comunidades autónomas españolas con presencia de la especie y por organizaciones colaboradoras como WWF España, revela que en 2024 se censaron 2.401 ejemplares repartidos entre España, con 2.047 individuos totales (85,3%), y Portugal, con 354 (14,7%), lo que supone un aumento del 18,8% de la población total en el último año.
Todos ellos se registraron en 17 núcleos con hembras asentadas (dentro de los 22 núcleos de presencia estable que existen en la Península Ibérica), de los cuales 16 se encuentran en España (cinco en Andalucía, seis en Castilla-La Mancha y cinco en Extremadura), más un núcleo en Portugal. Respecto al número de hembras reproductoras, ha aumentado un 15,7% en el último año, con un total de 470 hembras territoriales, lo que supone más de un 60% del objetivo final de llegar a 750 hembras de lince ibérico.
Ramón Pérez de Ayala, experto en lince ibérico de WWF España, destaca: “Tras la celebración el pasado año del cambio de categoría de En peligro a Vulnerable estos datos son esperanzadores. El trabajo colaborativo que llevamos realizando más de veinte años junto con otras organizaciones, junto con la estrategia de introducción del lince ibérico en nuevos territorios, acerca a la especie a los objetivos para ser considerada fuera de peligro. Sin embargo, nos preocupa especialmente el descenso de la población de conejo de monte, su principal presa, que ha decrecido un 70% en sus hábitats naturales en los diez últimos años. Además, es necesario continuar en la eliminación de amenazas como el furtivismo, la caza ilegal y los atropellos, que siguen poniendo en riesgo la supervivencia de la especie”.
Nuevos territorios conquistados
El estudio del lince ibérico a lo largo del tiempo permite detectar nuevos retos y oportunidades para su conservación como la introducción de nuevas poblaciones en territorios aptos, con espacio y alimento suficiente que garanticen el crecimiento del número de hembras para considerar la especie fuera de peligro.
Uno de los cachorros de la hembra de lince ibérico “Odrina” reposa sobre unas rocas (foto: Antonio Liébana).
Así, el reto de lograr la introducción en ocho nuevas poblaciones en España continúa: en 2024 ya existían tres nuevas en Tierras Altas de Lorca (Murcia), Sierra Arana (Granada) y Campos de Hellín (entre Murcia y Albacete); en 2025 se han creado dos nuevas en la Veguilla y Sierra Jarameña (Cuenca) y el Cerrato Palentino (Palencia).
Entre los nuevos territorios, destaca el éxito en la introducción de ejemplares de lince ibérico en Castilla-La Mancha, que no contaba con ningún ejemplar hasta 2014 y ha alcanzado los 842 linces en 2024, con 2,3 cachorros por hembra territorial, un 0,5% más que la media peninsular. Este éxito fue impulsado por los actores involucrados en el Proyecto LIFE Iberlince, con la reintroducción de lince ibérico en Montes de Toledo y Sierra Morena Oriental, donde existen condiciones óptimas para la especie, ya que tienen una gran disponibilidad de alimento, principalmente el conejo de monte.
Así, la población de Montes de Toledo “adelanta” a la de Andújar en número de ejemplares y hembras, pasando de ser una zona en la que no existían linces a suponer casi el 20% de la población ibérica. Globalmente, Castilla-La Mancha se posiciona como la comunidad con mayor presencia de la especie, con el 40% de la población total en su territorio.
Más de veinticinco años de trabajo conjunto
El lince ibérico es una especie emblemática de la Península Ibérica, por ello, en los últimos veinticinco años WWF ha contribuido a su recuperación con distintas acciones y trabajo en terreno a través de acuerdos de custodia con las fincas cinegéticas donde sobrevivían los últimos ejemplares en Sierra Morena, Montes de Toledo y Doñana. Actualmente, la ONG ambiental mantiene acuerdos de custodia con dieciocho fincas (en más de 25.000 hectáreas que albergan unos doce territorios de hembras con cachorros), desarrolla en paralelo trabajos de mejora de hábitat y recuperación de las poblaciones de conejo de monte y participa en el seguimiento científico de la especie.