Según los resultados del I Sondeo de Gato Montés en España, la especie objeto de este proyecto de ciencia ciudadana sobrevive en poblaciones muy fragmentadas y por lo general en bajas densidades. Estos núcleos representan un linaje único de gran valor evolutivo cuya salvaguarda futura requiere la catalogación del gato montés como especie amenazada.
Por Emilio Virgós, José María Gil-Sánchez, Javier Hernández-Hernández, Mariola Sánchez-Cerdá, Antonio Javier Rodríguez-Siles y Tamara Burgos
El gato montés (Felis silvestris) es un felino que habita en diversas partes de Europa, aunque sus poblaciones están algo dispersas y aisladas unas de otras. Desde hace unos años, la especie ha sido clasificada como una entidad diferenciada del gato montés africano (Felis lybica) y del gato montés asiático (Felis ornata), que hasta no hace mucho eran consideradas subespecies de un mismo taxón. En regiones como Centroeuropa o Europa del Este las poblaciones de gato montés se encuentran en mejor estado de conservación que en la Península Ibérica, donde su situación es más preocupante, o en Escocia, que ha visto cómo desaparecía la especie por completo. Desde el punto de vista evolutivo, los gatos monteses ibéricos adquieren un valor aún mayor.
Estudios genéticos recientes evidencian una diferenciación significativa respecto al resto de las poblaciones europeas, lo que les convierte en un linaje único. Por ello su conservación ha cobrado si cabe mayor relevancia, como reconoce el último informe de la UICN sobre el estado de la especie . Sin embargo, aunque es cierto que en España el gato montés figura en el LESRPE (Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial), no está catalogado como especie amenazada a escala estatal ni en ninguna comunidad autónoma.
AUTORES:
Emilio Virgós Cantalapiedra es profesor titular en la Universidad Rey Juan Carlos (Móstoles, Madrid). Sus investigaciones se han centrado en la ecología y conservación de vertebrados, especialmente mamíferos carnívoros y sus presas. Ha sido uno de los coordinadores del I Sondeo del Gato Montés en España, cuyos resultados son el objeto de este artículo.
José María Gil-Sánchez, doctor en Biología, es miembro de la asociación naturalista Harmusch y del equipo Biología y Conservación de Vertebrados Mediterráneos y Tropicales de la Universidad de Granada. Dedica su labor profesional a la investigación y conservación aplicada de fauna amenazada. Ha sido uno de los coordinadores del I Sondeo del Gato Montés en España.
Javier Hernández-Hernández es biólogo con máster en Conservación y Ecología. Su trayectoria se ha centrado en el estudio de los mamíferos carnívoros y sus interacciones con las presas, así como en el análisis del impacto de las infraestructuras humanas sobre la fauna silvestre.
Mariola Sánchez-Cerdá, bióloga, realiza su tesis doctoral sobre la demografía y la dinámica poblacional del gato montés en ambientes mediterráneos en la Universidad de Granada. Es miembro de la asociación Harmusch y centra sus intereses en la investigación y conservación de especies amenazadas.
Antonio Javier Rodríguez-Siles, biólogo, es vicepresidente y socio fundador de Harmusch. Está especializado en manejo y gestión de especies protegidas, en especial del lince ibérico. Es colaborador y coordinador de distintos proyectos, muestreos y censos de vertebrados, tanto a nivel nacional como internacional, especialmente con depredadores.
Tamara Burgos Díaz-Guerra, investigadora postdoctoral en la Universidad de Cádiz, es doctora en Conservación de Recursos Naturales. Su investigación se centra en los efectos del cambio global sobre las funciones ecosistémicas y las cascadas tróficas, con especial atención al papel de los mamíferos carnívoros en la dispersión de semillas y la conservación de la biodiversidad.
Dirección de contacto:
Emilio Virgós
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