Retos ecológicos

Nuevas respuestas de los lectores al reto del mes de octubre

Miércoles 22 de octubre de 2014
Si bien el reto del pasado mes de noviembre sobre el cambio climático
y el efecto ártico todavía no ha suscitado ninguna respuesta, aún
colea el debate sobre el altruismo y las ventajas que pueden
reportar los comportamiento solidarios y traicioneros.


José Fuentes (jfuvi@yahoo.es) aporta nuevas reflexiones sobre los retos de septiembre y octubre, dedicados a analizar “El fastidioso problema del altruismo”. “Sobre la pregunta clave que se plantea en el reto ecológico del mes de octubre, con respecto a si resulta más práctico cooperar o traicionar, pienso que está bien resuelto con el dilema del prisionero. En algunas situaciones, especialmente cuando se plantea sólo una vez la situación, se escogerá el camino de la traición; si por el contrario tienes más posibilidades de dar una respuesta, optarás con mayor frecuencia por el camino de la cooperación. Este camino creo que es lo que ha estimulado a las especies a organizarse de forma social, descubriendo que al final es mejor la cooperación que la traición, a pesar de que en un principio pudiera existir un recelo hacia esa actitud. De este modo, coincido con los científicos que entienden que la simbiosis es la posible fuente de innovación evolutiva.”
Respecto al comportamiento altruista de los hijos hacia sus padres, opina que “estos comportamientos altruistas de los humanos hacia nuestros antecesores son derivados de cuestiones culturales y no biológicas. Pero, al fin y al cabo, los comportamientos sociales y, por ende, los culturales, no son sino otra estrategia para posibilitar el camino de la evolución. Y, en consecuencia, una de las distintas manifestaciones de los procesos naturales o biológicos, aunque no tengan que ver directamente con la biología. Por lo tanto”, concluye, “habría que empezar por definir el discutido asunto de si atribuimos a los animales conciencia o no. De este modo quizá los comportamientos evidentes de amor filial podrían constituir una prueba de la existencia de conciencia entre los animales y, de ser así, estos comportamientos habrían sido adoptados por aprendizaje cultural, ya que como dice Concha Mateos, la conciencia supone cierta forma de memoria y se forja memorizando las distintas relaciones sociales, que es evidente existen en todas las especies.”

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