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San Glorio, vital para el futuro del oso pardo

En los valles amenazados por la estación de esquí viven varios ejemplares

Miércoles 22 de octubre de 2014
Entre 2004 y 2006, dos naturalistas realizaron un intenso
seguimiento de la población de oso pardo de la montaña
leonesa de Riaño. Los resultados no sólo confirmar la
presencia del carnívoro en los valles de Naranco y Lechada, cuyas laderas está previsto ocupar con las pistas de la
futura estación de esquí de San Glorio. Reflejan también
la importancia de los montes afectados por este proyecto para la expansión del núcleo oriental osero cantábrico.


por Iñaki Reyero y Javier Fernández


La montaña leonesa de Riaño, la palentina de Cardaño y la cántabra de La Liébana se hayan sumidas en la polémica desde que la Junta de Castilla y León modificase el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente de Cobre para que un grupo inversor privado pudiera construir una estación de esquí alpino cerca del puerto de San Glorio.

Los valles de Naranco y Lechada, donde se prevé abrir buena parte de las pistas esquiables, constituyen un área vital para la conservación del núcleo oriental cantábrico de oso pardo (Ursus arctos), que posiblemente sea la subpoblación de la especie más amenazada del mundo, dado el bajo grado de variabilidad genética registrado en ella. Hemos comprobado la presencia habitual del animal en esos dos valles del noroeste de la provincia de León gracias al seguimiento del mamífero que hemos realizado en la montaña de Riaño, durante 2004, 2005 y 2006. En nuestro estudio nos hemos basado en documentación, nuestra y de otros, sobre avistamientos e indicios (huellas, excrementos, marcas y señales de alimentación).

Aunque nuestro objetivo era comprender mejor la biología del plantígrado en estas montañas, la campaña de rastreo de 2006 se centró de manera especial en las zonas leonesas que van a verse afectadas por el proyecto de la estación invernal (valles de Naranco y Lechada). Para la toma de datos, adoptando como área de estudio la cuadrícula UTM 5.060, de cien kilómetros cuadrados de superficie, diseñamos itinerarios a pie por caminos, veredas, collados y áreas de alimentación con querencia para el oso. En total recorrimos más de doscientos kilómetros, siendo las cotas mínima y máxima de rastreo 1.140 y 2.050 metros, respectivamente.

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