Miércoles 22 de octubre de 2014
El equipo de científicos marinos y submarinistas de Oceana ha documentado el pasado verano el daño producido por los fondeos de embarcaciones de recreo sobre las praderas submarinas de Baleares, especialmente en Es Freus, entre Ibiza y Formentera.
Pese a tratarse de una zona protegida y estar prohibido el fondeo, la falta de vigilancia y la inexistencia de boyas han hecho que decenas de hectáreas de posidonia oceánica se vean fuertemente degradadas o hayan desaparecido completamente, denuncia Oceana.
Un estudio publicado en Nature indica que las praderas de fanerógamas y las formaciones de grandes algas aportan pesca, materia orgánica, protección de costas y otros bienes ambientales por valor de 14.500 euros por hectárea y año. Baleares cuenta 100.000 hectáreas de praderas de fanerógamas marinas.
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