Artículos

LA FLORA ACUÁTICA ESPAÑOLA

HASTA LA FECHA INCLUYE 117 ESPECIES DE PLANTAS VASCULARES

Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
Cualquiera que revise la literatura botánica de épocas pasadas, cuando esta ciencia tenía mayor importancia, comprobará que la diversidad de la flora acuática española era mayor. Las referencias a lugares que hoy han sido desecados o contaminados nos hablan de un tiempo en el que las superficies encharcadas eran más abundantes, y la flora y la vegetación acuáticas estaban mejor conservadas dado que muchos de estos enclaves eran inhóspitos y poco recomendables. Pero todavía podemos afirmar que nuestra flora acuática es una de las más interesantes de Europa, con especies que nos llegaron del norte de África, del Mediterráneo oriental, de Centroeuropa y de otros continentes.

por Santos Cirujano, Ana Meco, Pablo García y Marta Chirino


En España existen multitud de zonas húmedas con unas características ecológicas muy diversas –lagos, lagunas, ríos, arroyos, marjales, embalses y todo tipo de charcas– a las que hay que añadir la franja litoral de nuestros mares y océanos. En casi todas ellas podemos encontrar plantas acuáticas que nos informan de la naturaleza del agua, es decir, de su composición química y estado actual de conservación.

Definir qué es una planta acuática plantea sus problemillas, porque hay plantas acuáticas que tienen formas terrestres y plantas terrestres que tienen formas acuáticas. Entre las primeras se incluye, por ejemplo, Polygonum amphibium o una gran parte de las especies de los géneros Callitriche y Ranunculus. Entre las segundas podemos mencionar algunas gramíneas, como Agrostis stolonifera, además de otras plantas como Illecebrum verticillatum, Juncus heterophyllus o Littorella uniflora, que crece perfectamente bajo el agua pero no florece.

Como este artículo va dedicado a las plantas acuáticas, o macrófitos acuáticos, tendremos que saber qué son y, para eso, es necesario precisar algunos conceptos. En el término “macrófito” se incluyen todas las plantas visibles a simple vista, así que “macrófitos acuáticos” serían las plantas aparentes que viven en el agua. En consecuencia, las algas microscópicas que constituyen el fitoplancton no son de nuestro negociado.

Los macrófitos acuáticos, hidrófitos o plantas acuáticas en sentido estricto, son aquellas que completan su ciclo biológico cuando todas sus partes se encuentran sumergidas o flotando en la superficie del agua. Viven en ríos, arroyos, lagos, lagunas y humedales, e incluso en el mar.

Por otro lado, hay que considerar las plantas que colonizan los bordes de las lagunas y ríos, o las que viven en zonas húmedas poco profundas, de tal manera que la mayor parte de su aparato vegetativo es emergente. Son plantas herbáceas, de diferentes tamaños, por lo general vivaces y rizomatosas, que se conocen con el nombre de helófitos o plantas emergentes (del griego helos = “pantano”, y phytón = “planta”), que tampoco son objeto preferente de este artículo. Los ejemplos más característicos de este grupo de plantas son las eneas del género Typha, el carrizo (Phragmites australis), los juncos de laguna y bayuncos del género Schoenoplectus, la castañuela (Bolboschoenus maritimus), los esparganios o platanarias del género Sparganium y el junco florido (Butomus umbellatus).

Por último, nos quedarían una serie de plantas que viven asociadas a medios encharcados y suelos más o menos húmedos, o que toleran una cierta inundación. Son de muy diferentes tamaños y por lo general herbáceas. Entre ellas se encuentran las denominadas megaforbias (mega = grande, forbiá = pradera), plantas herbáceas de gran porte y follaje exuberante que, como los helófitos, tienen la mayor parte de sus hojas y tallos fuera del agua. A todas estas plantas, para simplificar, las denominamos higrófitos.

Si el límite entre macrófitos acuáticos y plantas que crecen en las orillas puede llegar a ser bastante difuso, en ocasiones lo es aún más la diferencia entre helófitos e higrófitos. No obstante, siendo un poco estrictos en el tema, podríamos resumir diciendo que el grupo de los macrófitos acuáticos está constituido por 117 especies, los helófitos por 74 y los higrófitos por unas 180.

Los macrófitos acuáticos pueden vivir enraizados con todas sus partes sumergidas. También los hay asimismo enraizados pero con las hojas y flores flotantes o emergentes. Y, por último, hay macrófitos que no están arraigados y flotan dentro del agua o en su superficie. Dentro del grupo de los macrófitos acuáticos se incluyen las algas filamentosas, que inicialmente viven enraizadas y luego se desprenden y cubren superficies considerables en ambientes eutrofizados y contaminados. También los carófitos, que son algas verdes evolucionadas que viven sumergidas en multitud de ambientes. Hay asimismo briófitos acuáticos, esencialmente musgos y hepáticas. Y, por supuesto, plantas vasculares.

Quién tenga interés en profundizar más en el mundo de los carófitos de la flora española y quiera identificarlos, puede consultar el volumen Flora ibérica. Algas continentales, dedicado a este grupo. En el caso de las algas filamentosas el asunto es más complicado y, por el momento, no disponemos de una obra que sea asequible a los no especialistas. Para los briófitos hay diversas guías y la Flora briofítica ibérica, donde pueden buscarse los musgos y las hepáticas acuáticas.

PIE DE FOTO: Polygonum amphibium es una planta acuática que también vive en lugares húmedos pero no inundados, donde origina formas terrestres. ¿O es una planta terrestre que origina formas acuáticas? (foto: S. Cirujano).

Noticias relacionadas