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La Obra de Agricultura del humanista Alonso de Herrera cumple cinco siglos

Portada de la primera edición de la Obra de Agricultura de Alonso de Herrera, publicada en 1513.
Miércoles 22 de octubre de 2014
El año pasado por estas fechas se cumplieron 500 años de la primera edición de la Obra de Agricultura compilada por Gabriel Alonso de Herrera. Impresa en Alcalá de Henares, en los talleres de Arnao Guillén de Brocar, fue un libro excepcional al que merece la pena dedicar unas páginas. Aunque sea con un año de retraso.

Por Luciano Labajos y Luis Ramón-Laca


La Obra de Agricultura fue concebida por Alonso de Herrera como un tratado eminentemente práctico de arboricultura, cultivo de cereales y plantas forrajeras, ganadería, horticultura y viticultura, al que se añadieron en posteriores ediciones, a lo largo del siglo XVI, diferentes anejos sobre apicultura y jardinería, entre ellos la Agricultura de Jardines (en la edición de 1592) de Gregorio de los Ríos. Se trata de una obra de marcado carácter renacentista, es decir, una versión actualizada de tratados anteriores, de época antigua o medieval, en la línea de De los trabajos del campo del hispanorromano Lucio Junio Moderato Columela (s. I d.C.) o del Libro de Agricultura (Kitab alfilaha) del sevillano Abu Zacaria (s. XII-XIII).

La Obra de Gabriel Alonso de Herrera, del que apenas sabemos que nació en Talavera de la Reina (Toledo) hacia 1470, alcanzó un temprano reconocimiento. Prueba de ello es que, a mediados del siglo XVII, el toledano Cosme Gómez Tejada de los Reyes (1593-1648) lo considerara ya “…famoso agricultor, docto en lo especulativo, experimentado en la práctica.” Según Gómez, “mandole el cardenal Cisneros escribir un libro de labranza y crianza y de otras muchas particularidades y provechos de las cosas del campo, lo cual consiguió con tanta felicidad que ha sido generalmente bien recibido, repetidas en gran número de impresiones. Vio el autor para escribirlo a los mejores autores y escritores de la antigüedad. Peregrinó por Italia y otras partes para conocer la naturaleza de diversas tierras, costumbres, artes, curiosidades. Escribe como docto dando sus razones filosóficas. La llaneza solamente de aquel tiempo le humilló el estilo, por lo demás puede competir con los antiguos griegos y latinos y en muchas cosas les excede.” Una reseña del libro que es imposible de mejorar.

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