Internacional

Primeros pasos en favor de un humedal cercano a Bogotá

Sobrepastoreo del ganado, uno de los principales impactos en el humedal de Los Patos, en el municipio colombiano de Tocancipá (foto: Eduardo Soler).

Proyecto de restauración en el municipio colombiano de Tocancipá

Miércoles 22 de octubre de 2014
La Sabana de Bogotá, en el centro de Colombia, acoge un entramado de humedales
que son un importante refugio de aves acuáticas. La cercanía de una gran ciudad
como Bogotá condiciona su conservación, pero en los últimos tiempos se intentan
recuperar con proyectos como Los Patos, en Tocancipá.

Por Eduardo Soler


Se conoce como la Sabana de Bogotá a los terrenos llanos y aluviales situados a lo largo del valle del río Bogotá y alrededor de la ciudad homónima, a una altura sobre el nivel del mar de alrededor de los 2.500 metros. Se trata de una parte del conocido como altiplano cundiboyacense, delimitado por los Andes orientales y los Andes centrales, en el centro de Colombia.

Los humedales han formado parte de la Sabana de Bogotá desde hace miles de años y son el resultado de la desecación paulatina, a causa de un clima más cálido, del antiguo lago que hace 60.000 años cubrió buena parte de este territorio. Hace unos 30.000 años, las aguas del lago comenzaron a fluir a través del río Bogotá hacia el salto del Tequendama y se crearon numerosos y extensos cuerpos de agua.

Se calcula que a mediados del siglo XX subsistían unas 50.000 hectáreas de humedales en la zona, restos del gran lago que otrora cubriese esta planicie.

Pero el enorme crecimiento urbanístico y de infraestructuras de la ciudad de Bogotá y su zona metropolitana, así como el desarrollo de una pujante agricultura, con formas intensivas de ganadería y cultivos bajo invernadero (como flor cortada), han causado una enorme debacle en este ecosistema singular. Hoy en día queda tan sólo una superficie de humedales de unas 1.500 hectáreas, distribuida en numerosos y pequeños relictos dispersos.

Autor: Eduardo Soler (gerencia@limonium.org) es ingeniero agrónomo y director de la consultoría medioambiental Limonium, con sede en Vila-seca (Tarragona).

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