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Arrastrando crisis: la pesca de arrastre de fondo en el Mediterráneo

Clasificación de las capturas a bordo de un arrastrero en el puerto mallorquín de Andratx (foto: Tolo / Adobe Stock).

Recomendaciones al sector pesquero basadas en la biología marina

Lunes 29 de septiembre de 2025
El futuro de la pesca de fondo en el Mediterráneo se juega en un tablero de decisiones urgentes, negociaciones tensas y una crisis ecológica con profundas repercusiones sociales y políticas. Una transición hacia una gestión ecosistémica, basada en la ciencia y el diálogo, puede cambiar el rumbo.

Por José Manuel de los Reyes, Miquel Ortega y Marta Coll

Los ecosistemas marinos del mar Mediterráneo sostienen una biodiversidad única y son claves en el ciclo del carbono, la producción primaria y la estabilidad climática. Conservar estos ecosistemas y sus recursos en buen estado es un reto ambiental, pero también económico y social. Este bien común requiere de una gestión ecosistémica que incluya especies, funciones y hábitats, e integre actividades humanas bajo criterios de sostenibilidad. Sin esta visión, toda actividad humana, incluida la pesca, puede degradar irreversiblemente el medio marino, comprometiendo su resiliencia y adaptación al cambio climático.

En el Mediterráneo la pesca es diversa y aporta numerosos beneficios económicos, sociales y culturales. Pero una modalidad destaca por su impacto: el arrastre de fondo, que, como su nombre indica, barre los fondos marinos y captura, además de las especies objetivo, otras no comerciales y ejemplares juveniles. Al mismo tiempo, daña hábitats importantes para el mantenimiento de los servicios ecosistémicos y libera carbono del sedimento. Cuando se lleva a cabo de manera intensiva, como sucede en la costa mediterránea española, la falta de una gestión adecuada no sólo tiene impactos ecológicos, sino que además reduce la propia productividad pesquera a largo plazo. Es decir, compromete el futuro de una actividad que ya se sostiene gracias a un complejo sistema de apoyos económicos con fondos públicos.

AUTORES:
José Manuel de los Reyes González es biólogo, doctor en Biodiversidad por la Universidad de Barcelona e investigador postdoctoral Juan de la Cierva en el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC). Se interesa por el efecto de las actividades humanas sobre los depredadores, en especial las aves marinas, tan vinculadas a la actividad pesquera.
Miquel Ortega Cerdà es físico y doctor en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Barcelona. Experto en economía ecológica, política pesquera y sostenibilidad alimentaria, estudia el funcionamiento de sistemas productivos vinculados a los recursos marinos.
Marta Coll Montón es doctora en Ciencias Ambientales y profesora de investigación del CSIC. Experta en ecología marina, analiza las amenazas humanas a la biodiversidad marina y utiliza modelos matemáticos y datos históricos para diseñar soluciones de gestión para los océanos.
Los tres trabajan en el departamento de Recursos Marinos Renovables del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC) y forman parte del grupo de investigación iMares, que aborda el estudio y la conservación de los ecosistemas marinos desde una perspectiva integradora y multidisciplinar (https://imares.science/).

Dirección de contacto:
José Manuel de los Reyes
Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)
josemanuel.delosreyes@icm.csic.es


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