Sequías cada vez más largas y severas están alterando los ecosistemas mediterráneos. Comprender cómo estos episodios afectan a la biodiversidad es esencial para anticipar impactos y diseñar estrategias de adaptación. Es la misión de las estaciones de seguimiento ecológico a largo plazo, como el Centro de Monitoreo de Biodiversidad de las Montañas Mediterráneas.
Por Anna Riu, Jordi Vázquez, Roger Puig y Joan Real
El cambio global ha hecho saltar todas las alarmas, al intensificar fenómenos extremos como el aumento sostenido de la temperatura, las inundaciones y, especialmente, las sequías.
En las regiones mediterráneas, la alternancia de periodos de sequía y lluvia es algo recurrente a lo largo del tiempo. Sin embargo, los modelos climáticos predicen que los episodios de sequía se volverán cada vez más severos, frecuentes y prolongados, debido a un aumento de la temperatura y una disminución de las precipitaciones.
Comprender los efectos de la sequía sobre la biodiversidad es clave para prever impactos, mitigar riesgos y adaptarnos a los cambios que ya están en marcha.
AUTORES:
Anna Riu, graduada en Biología y Máster en Ecología por la Universitat de Barcelona, trabaja en el Centro Oceanográfico de Cádiz. Jordi Vázquez, graduado en ciencias ambientales por la Universitat de Girona y Máster en Ecología de la Universitat de Barcelona, trabaja como técnico del Centre de Monitoratge de Biodiversitat. Roger Puig es investigador postdoctoral en la Universitat de Barcelona-IRBIO y profesor de la Universitat de Girona. Joan Real, doctor en Biología y profesor de la Universitat de Barcelona-IRBIO, es director de Centre de Monitoratge de Biodiversitat.
Dirección de contacto:
Joan Real
jreal@ub.edu