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Una bandera en defensa del clima desde el altiplano etíope

Gelada: el mono del pastizal afroalpino

Texto: Isaac Vega

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
El último superviviente de un grupo exclusivo de primates se enfrenta al mayor problema ambiental: el cambio climático. El gelada depende de los prados montanos de la altiplanicie etíope, un ecosistema en regresión por el avance de la agricultura, que empieza a sufrir los efectos del calentamiento global del planeta. Quien mejor lo conoce, Robin Dunbar, asegura que un incremento de 5 oC eliminaría más de la mitad de su población.
A finales del siglo XVIII, Eduard Rüppell nacía en el seno de una familia acomodada de banqueros germanos. Aunque fue educado para continuar en el mundo de los negocios, con poco más de veinte años ya estaba viajando a la península del Sinai. Arrastrado por un instinto explorador, en 1830 Rüppell se adentró en Etiopía. Era la primera vez que un naturalista occidental visitaba el país africano. Tras regresar a Europa, describió para la ciencia al gelada (Theropithecus gelada) en 1835, tomando como referencia un ejemplar capturado en el macizo de Simen, aunque él lo bautizase en aquel momento como Macacus gelada.

Durante casi un siglo después del descubrimiento del primate, los taxónomos no se pusieron de acuerdo sobre las afinidades filogenéticas de este mono que vivía en las altas tierras etíopes, al norte de Addis Abeba. Investigaciones paleontológicas desarrolladas durante los años setenta comenzaron a despejar muchas incógnitas, como que el gelada estaría próximo evolutivamente a los babuinos del género Papio, que se separó de éstos hace cuatro millones de años, extendiéndose por las praderas asentadas en las orillas de ríos y lagos y que pertenecía a un género propio: Theropithecus.

Para el primatólogo británico Clifford Jolly, de la Universidad de Nueva York, esta radiación desarrollada a finales del Plioceno y durante el Pleistoceno dio como resultado tres especies claramente definidas: T. darti sería la más antigua y habitó el sur de África. Otra posterior, T. oswaldi, se localizaría en África oriental. Más recientemente aparece T. gelada, con la distribución más norteña. Según el también británico Robin Dunbar, del Departamento de Biología de las Poblaciones de la Universidad de Liverpool y uno de los mayores especialistas en este primate, habría existido una subespecie más, T. brumpti, en el sur de Etiopía a principios del Pleistoceno.
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