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La Comunidad de Madrid alberga una interesante muestra de esta familia de arácnidos

Arañas saltadoras, grandes cazadoras bajo la lupa

Texto y fotos: Alberto Jiménez

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
La Comunidad de Madrid alberga buena parte de las especies y los géneros de arañas saltadoras presentes en la península Ibérica. Una de las peculiaridades de la familia de los saltícidos es cazar sus presas al acecho, sin telas y ayudadas de una extraordinaria capacidad para el salto. Su búsqueda y observación puede convertirse en una apasionante aventura naturalista.
La familia Salticidae –arañas saltadoras– está compuesta por más de medio millar de géneros y casi cinco mil especies en todo el mundo. Es, por tanto, una de las familias de arañas más diversificada. Sus integrantes son fácilmente reconocibles por la forma rectangular del prosota –cefalotórax o parte anterior del cuerpo– y por los dos grandes ojos medios anteriores, característica distintiva y principal de esta familia.



Los saltícidos, cazadores diurnos, detectan el movimiento de sus posibles presas a distancias de hasta cuarenta centímetros, gracias a los seis ojos secundarios. Además, la superposición de los campos de visión de los dos ojos laterales anteriores les permite estimar distancias. Cuando el animal se encuentra a unos veinte centímetros aproximadamente, rota el prosoma y dirige el par de ojos medios anteriores directamente hacia su objetivo. Estos ojos tienen una estructura muy compleja y son capaces de enfocar gracias a una serie de músculos retinales, de tal manera que la araña dispone de una imagen de alta resolución de su presa, superior en calidad a la de los ojos compuestos de los insectos (1). La araña se acerca despacio a su presa guiada por sus ojos anteriores y, cuando se encuentra a uno o dos centímetros de ella, la captura realizando un salto final.



Una excelente visión no sólo les sirve a las arañas saltadoras para la captura de presas. El cortejo está también mediado por el sentido de la vista, agudo y posiblemente con capacidad para el reconocimiento de colores (1, 2). Los saltícidos exhiben, por lo general, un acusado dimorfismo sexual. Así, mientras que las hembras son de mayor tamaño que los machos y suelen tener colores apagados, éstos muestran patrones de coloración más llamativos.



Durante el cortejo el macho realiza una serie de movimientos en zigzag delante de la hembra, levantando el primer par de patas o varios pares secuencialmente. Normalmente, las patas tienen colores distintivos que actúan como señales visuales y son reconocidas por la hembra gracias a los ojos medios anteriores (1).



El nombre de arañas saltadoras alude a otra característica de esta familia, su capacidad para efectuar saltos de hasta doscientas veces su tamaño corporal (3). Los saltos se realizan para capturar presas, escapar de posibles amenazas y sobrepasar obstáculos. Para saltar, los saltícidos emplean el tercer y cuarto par de patas, los cuales se estiran gracias a un aumento en la presión de la hemolinfa –fluido circulatorio en los artrópodos– y a una relajación de los músculos flexores (1).



Los saltícidos, salvo raras excepciones, no construyen telas para la captura de sus presas. Usan la seda, sin embargo, para otras funciones vitales básicas. Por ejemplo, en sus desplazamientos, se van asegurando mediante un hilo de seda que adhieren al sustrato. De esta manera, si la araña pierde la sujeción y cae, puede retornar al punto de origen subiendo por este hilo de seguridad.
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