www.revistaquercus.es

UNA LARGA HISTORIA DE EVOLUCIÓN CONJUNTA

Te llevo a todas partes: los piojos y las aves marinas

Ejemplar de Halipeurus abnormis, uno de los piojos que viven en las alas de las pardelas del género Calonectris. Su fino cuerpo alargado le permite esconderse fácilmente entre las barbas de las plumas (foto: Pascual Calabuig).
Ejemplar de Halipeurus abnormis, uno de los piojos que viven en las alas de las pardelas del género Calonectris. Su fino cuerpo alargado le permite esconderse fácilmente entre las barbas de las plumas (foto: Pascual Calabuig).
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Hospedadores y parásitos suelen establecer relaciones tan estrechas que son frecuentes los fenómenos de evolución conjunta. Esto es lo que parece haber ocurrido entre las pardelas y los piojillos que pululan entre su plumaje. Aunque, al tratarse de un
ave marina pelágica, que pasa la mayor parte del año en mar abierto, dicha relación de parasitismo depara algunas sorpresas.

por Elena Gómez-Díaz y Jacob González-Solís

Durante la Primera Guerra Mundial, un joven oficial del XI Regimiento de Fusileros de Lancashire que se encontraba luchando en las trincheras del Somme, en el norte de Francia, fue repatriado a Londres por razones médicas. Lo que amenazaba ahora su vida era una enfermedad poco conocida hasta la fecha y que más tarde se bautizaría como “la fiebre de las trincheras”. El problema se lo causó una bacteria, Bartonella quintana, transmitida por un diminuto compañero de viaje: el piojo humano.

Durante su convalecencia, el joven oficial comenzó a escribir una de las sagas fantásticas más grandes de la historia de la literatura. El oficial era John R.R. Tolkien, más tarde autor de El señor de los anillos. El mismo piojo que marcó el destino de Tolkien, Pediculus humanus humanus, esparció también una epidemia de tifus entre las tropas de Napoleón durante la campaña de Rusia en 1812, llevándolas a la derrota, y acompañó a los expedicionarios estadounidenses Lewis y Clark en sus aventuras por el Nuevo Mundo. Y es que, allí adonde va un hospedador, lleva sobre sí a todos sus parásitos obligados, entre los que se encuentran los piojos.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios