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Luces y sombras de un mamífero unido al destino de los ecosistemas árticos

Morsa: leyenda de hielo y marfil

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Con unas estimas de un cuarto de millón de ejemplares, la morsa no suscita de momento preocupación por su futuro. Las poblaciones del Pacífico, recuperadas,
soportan bien la caza de subsistencia. Pero las atlánticas y siberianas se vieron muy afectadas por el tráfico del marfil de sus colmillos. Además, dos amenazas parece que imparables, la contaminación por tóxicos y el
cambio climático, gravitan sobre este colosal pinnípedo.
Desde hace más de cuatro mil años, los esquimales han temido y venerado por igual a un animal de largos colmillos y bigotes blancos, un ser extraordinario al que han atribuido cualidades propias de su tribu: valor, sociabilidad, solidaridad e incluso ternura. Es la morsa (Odobenus rosmarus), descrita por Linneo en 1758 y el único representante vivo de la familia de los odobénidos.

Este enorme carnívoro pertenece al orden de los pinnípedos, donde también figuran focas y leones marinos. En el transcurso de la evolución perdió sus pabellones auditivos y modificó su dieta. Aumentó el consumo de moluscos y otros invertebrados de las profundidades marinas, sus caninos se transformaron en colmillos de crecimiento continuo y los pies anteriores se especializaron en la propulsión a nado, sacrificando agilidad en la locomoción cuadrúpeda.

Hoy en día, la morsa es uno de los emblemas faunísticos del Círculo Polar Ártico. Aunque en algunos escritos del siglo XVIII aparece citada en las costas británicas y en las más norteñas de la fachada atlántica de Estados Unidos, en la actualidad su distribución es circumpolar. Se circunscribe prácticamente a los bancos de hielo, icebergs y costas rocosas árticas, provistas de playas donde procrear. Ocupa el Océano Glaciar Ártico, pasando por el Atlántico norte, las costas del noreste de Canadá y Groelandia y el norte de Eurasia, continuando por el océano Pacífico hasta Alaska.

La comunidad científica tiende a aceptar tres subespecies. La más boyante es la del Pacífico (O. r. divergens) que con más de doscientos mil ejemplares, está presente en las aguas costeras de Estados Unidos y Rusia. Ocasionalmente llega a aguas jurisdiccionales de Canadá y Japón. Es el típico habitante de los mares de Bering y Chukotka, entre Alaska y Siberia.
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