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¿Cómo será la Ecología de los años venideros?

Carlos M. Herrera en el Barranco del Guadalentín, dentro de la sierra de Cazorla (Jaén), observando y fotografiando los insectos polinizadores del espliego (Lavandula latifolia).
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Carlos M. Herrera en el Barranco del Guadalentín, dentro de la sierra de Cazorla (Jaén), observando y fotografiando los insectos polinizadores del espliego (Lavandula latifolia).

La ciencia ecológica y el cambio global contemporáneo

sábado 31 de mayo de 2025, 18:16h
El autor fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Jaén el pasado 18 de marzo. El discurso que pronunció con tal ocasión, lejos de ser protocolario, tiene suficiente interés para recogerlo en papel impreso, pues lanza una seria advertencia a los profesionales de la ecología, que también sabrán valorar los apasionados por la naturaleza.

Por Carlos M. Herrera

No voy a malgastar la ocasión que me brinda este discurso hablando de mí. En lugar de eso, aprovecharé para compartir algunas reflexiones sobre las ciencias, especialmente la ciencia ecológica, en el contexto del mundo actual. Todas las ciencias han cambiado mucho desde los tiempos en que los científicos de mi generación empezábamos nuestras carreras. En parte se debe a cambios tecnológicos y sociales. El desarrollo tecnológico en el campo de las comunicaciones y la computación, por ejemplo, nos permite plantear problemas y formular preguntas que eran impensables hace solo unas décadas. También el ritmo de trabajo se ha acelerado y cualquier ciencia se ha convertido en una especie de disciplina deportiva cuyo objetivo es correr cada vez más rápido, batir un nuevo récord, producir un poco más, conseguir más financiación y así, tal vez, escalar algún peldaño en ese podio virtual que ahora sustituye a la torre de marfil donde históricamente se suponía que habitábamos los científicos.

Esa aceleración de la actividad científica, unida a la aparición de la súper competitividad y los incentivos perversos, han alterado de manera indeseable la práctica de la ciencia en general. De ninguna de esas lacras generales les voy a hablar. Entre otros motivos, para evitar incurrir en otra de las plagas actuales de la ciencia, esa cansina inclinación narcisista a hablar de la profesión de científico y del cúmulo de dolorosas frustraciones e injusticias que, según nos dicen algunos, la acompañan. Voy a centrarme en algunos problemas a los que se enfrenta la ciencia ecológica como consecuencia de la profunda crisis medioambiental en la que estamos inmersos. A pesar de mi natural pesimismo, aspiro a ser constructivo. Como señaló José Saramago, sólo los pesimistas tienen alguna posibilidad de cambiar el mundo, porque los optimistas están conformes con él y no desean cambiar nada.

AUTOR:
Carlos Manuel Herrera Maliani es profesor de investigación ad honorem del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Estación Biológica de Doñana. Se interesa por las interacciones entre plantas y animales, la ecología y evolución de las plantas mediterráneas, la epigenética ecológica de las plantas, el papel de los microbios en las relaciones entre plantas y polinizadores y la ecología térmica de plantas y polinizadores (más información en: tinyurl.com/5e5yuhcn).

Dirección de contacto:
Carlos M. Herrera
Estación Biológica de Doñana (CSIC)
herrera@ebd.csic.es

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