La belleza femenina en los animales

Muchos animales tienen rasgos extravagantes que se consideran señales dirigidas a los miembros de su propia especie. Tales caracteres, como colores brillantes, sonidos y despliegues visuales, son muy frecuentes en los machos y a menudo los exhiben ante las hembras. Estos ornamentos masculinos llamaron la atención de Charles Darwin, quien propuso la idea de que dichos caracteres se mantienen a través de la “selección sexual” (1) porque confieren ventajas para aparearse con las hembras, a la hora de cortejarlas y defenderlas. Desde entonces, una gran cantidad de estudios ha demostrado que la selección sexual es la responsable de que aparezcan y se mantengan rasgos exagerados en los machos. Por regla general, la reproducción de los machos depende del número de apareamientos que puedan conseguir. Sin embargo, en el caso de las hembras la reproducción está limitada por su capacidad para producir óvulos viables. Por lo tanto, se cree que las hembras utilizan los caracteres llamativos para seleccionar a los mejores machos en cuanto a fertilidad, estado de salud o capacidad para sacar adelante a la progenie. Esta sería la razón de que en muchas especies los machos exhiban ornamentos muy elaborados, mientras que las hembras son más discretas y se camuflan con el entorno.