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Unidos por una gran causa

viernes 30 de septiembre de 2016, 08:32h

Casualidad o no, hace años empezamos a sospechar que, cuando aparecían en Quercus noticias sobre aves electrocutadas, a veces tenían como consecuencia el arreglo del tendido en cuestión. Desde entonces publicamos todas las informaciones que nos llegan sobre ese tipo de accidentes, mejor aún si vienen acompañadas de sus correspondientes fotografías, para que quede bien claro en qué línea eléctrica hay que actuar. Esta pauta es ilustrativa de que nuestra labor no se reduce simplemente a informar: también queremos –o al menos lo intentamos– que el lector nos vea involucrados activamente en la defensa de la biodiversidad, que perciba que la revista no sólo le pone al día sino que también predica con el ejemplo. Implicarse en la causa conservacionista ha sido un rasgo de Quercus desde sus inicios hace ahora 35 años y por eso formamos parte de la Plataforma SOS Tendidos Eléctricos, que empezó a gestarse hace algunos meses y sobre cuyo lanzamiento oficial informamos en la página 67 de esta revista.

De todas las grandes amenazas clásicas que se ciernen sobre nuestras especies, la que representan los tendidos eléctricos peligrosos seguramente sea la que admite soluciones más asequibles y eficaces. Aquí no hay que enfrentarse a problemas complejos o desconocidos, ni tampoco perseguir a anónimos delincuentes ambientales. Sabemos dónde y cómo actuar, basta con poner sobre la mesa el dinero necesario para corregir los apoyos letales. En su momento –corrían los años noventa– se hizo así y gracias a ello pudo salvarse de la extinción a una rapaz tan emblemática como el águila imperial ibérica. Pero, por desgracia, aquel impulso inicial no se mantuvo con la necesaria ambición y efectividad, como lo demuestra el hecho de que cientos de miles de aves, incluidas especies amenazadas, mueran cada año en España al electrocutarse en los postes de los tendidos o al chocar contra sus cables.

Nosotros lo tenemos claro. Las compañías eléctricas son las beneficiarias de la explotación de los tendidos y, por lo tanto, las responsables ambientales de la gran mortandad de aves que causa su actividad empresarial. Deben ser ellas las que sufraguen el coste de adecuar las instalaciones para hacer compatible el colosal negocio que tienen entre manos con la conservación de un patrimonio de todos como es la avifauna. Tampoco las administraciones competentes en materia de conservación pueden eludir por más tiempo su responsabilidad de arbitrar soluciones a este grave problema. Para recordar a unas y a otras que tienen que actuar sin demora, de ahora en adelante trabajaremos juntas nueve entidades relacionadas con la conservación de la naturaleza desde la recién nacida Plataforma SOS Tendidos Eléctricos.

Nos acompañan en este viaje algunas de las organizaciones ambientales más influyentes, pero también los hospitales de fauna silvestre y, cómo no, esos profesionales con presencia diaria en el campo de operaciones que son los agentes forestales y de medio ambiente. Entre unos y otros ha cristalizado un grupo de expertos y naturalistas con vocación y rodaje de sobra para estar a la altura de los objetivos propuestos. Por parte de Quercus aceptamos el envite con todo el orgullo y la responsabilidad que conlleva nuestra incorporación a la nueva plataforma, que tendrá en estas páginas el eco necesario para difundir sus logros y avances. Ya va siendo hora de que empiecen a desplomarse las cifras de ese recuento letal de aves que caen sin descanso en el matadero de los tendidos eléctricos.

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