Araucaria XXI: el reto de la sostenibilidad en América Latina

América Latina es una de esas regiones del planeta donde la alta diversidad biológica coincide con elevados índices de pobreza y fuertes desigualdades en cuanto a distribución de la riqueza. En este escenario, el programa Araucaria, que fue presentado en el año 1997 como una de las iniciativas españolas para cumplir con el Convenio de Biodiversidad, ha logrado importantes resultados que han contribuido a mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales, a potenciar el uso sostenible de los recursos naturales, a conservar especies en peligro de extinción y a fortalecer las capacidades locales para gestionar la biodiversidad. Cinco ministerios, seis comunidades autónomas y varias universidades han participado en este importante esfuerzo coordinado por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).

En el año 2004 se puso en marcha un proceso participativo de revisión y reforma del programa Araucaria dirigido a fomentar la participación de nuevos socios, mejorar la eficacia y actualizar los mecanismos de actuación según las nuevas tendencias de la cooperación internacional en materia ambiental. Las líneas maestras vienen fijadas por la Cumbre de Johannesburgo, los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas y la Evaluación de Ecosistemas del Milenio; y, ya en el ámbito nacional, por el Plan director de la cooperación española 2005-2008 (1).

Uno de los resultados más importantes de este proceso ha sido consolidar Araucaria XXI, que es como se denomina la nueva fase del programa, como “una visión compartida entre América Latina y España sobre la cooperación al desarrollo en materia de sostenibilidad ambiental enfocada al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.”