Los árboles en zonas urbanas son algo más que un elemento decorativo, sobre todo en la actual situación de cambio climático. Sin embargo, no solemos ponerles precio ya que no es fácil cuantificar los beneficios que generan. Un estudio basado en los daños causados por un escarabo asiático valora cuánto estamos dispuestos a pagar por vivir en zonas arboladas.
Por Carlos Sunyer Manteiga
¿Cuál es el valor de los árboles en las ciudades? ¿Se limita su valor a la belleza y el placer visual que nos proporcionan? ¿O viene dado por otros servicios ecosistémicos adicionales? Si es así, ¿en qué medida?
En un mundo cada vez más urbanizado y con ciudades sometidas a temperaturas crecientes, responder a estas preguntas es clave para la planificación urbana, especialmente en el marco de políticas de adaptación al cambio climático. Sin embargo, poner precio a un árbol plantado en plena vía pública no es tarea sencilla. Para empezar, porque no existe un mercado explícito en el que se fije su valor. Por otro, porque los beneficios que genera, ya sea sombra, regulación térmica, calidad del aire o bienestar psicológico, son difíciles de cuantificar.
De ahí que los economistas traten de inferir el valor que las personas asignan a los árboles a partir de sus decisiones reales, véase el precio que están dispuestas a pagar por una vivienda cercana a zonas arboladas.
AUTOR:
Carlos Sunyer Manteiga (csunyer@eco.uc3m.es) es estudiante de doctorado en el Departamento de Economía de la Empresa en la Universidad Carlos III de Madrid.
Artículo de referencia:
Han, Lu y otros autores (2024). Cool cities: The value of urban trees. National Bureau of Economic Research: 32063.