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¡Allá te las compongas!

domingo 31 de julio de 2016, 22:58h

Más vale decirlo desde el principio: los centros de recuperación de fauna juegan un papel decisivo en la conservación de multitud de especies animales. Sobre todo en primavera y verano, cuando la temporada de cría genera de forma inevitable y espontánea un sinfín de huérfanos. Los centros que dependen de las administraciones públicas cumplen de oficio con este loable cometido. Pero los centros privados, con frecuencia gestionados por organizaciones no gubernamentales, tienen un mérito digno de ser reconocido. Se nutren de las cuotas de sus asociados, buscan recursos donde buenamente pueden y también reciben el apoyo de ayuntamientos y comunidades autónomas. Pero, a veces, no con la generosidad y la rapidez que sería deseable.

Este ha sido el caso, sin ir más lejos, del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat, es decir, del GREFA, que acumula 35 años de experiencia a sus espaldas. Miles de polluelos y crías han corrido el riesgo de perder la vida debido a que la Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid se ha negado a apoyar el servicio especial de rescate de animales salvajes que GREFA despliega todos los años mientras dura la temporada reproductora de la fauna silvestre. Dicha falta de apoyo se traduce en escasez medios, tanto humanos como materiales, a la hora de recoger y atender a la gran cantidad de ejemplares de diferentes especies que sufren algún percance en esta época tan delicada del año, ya sea por desnutrición, caídas del nido, abandono de los progenitores o inexperiencia al volar y buscar alimento. Es un momento decisivo, el de sus primeros vuelos o andanzas en la naturaleza, y conviene actuar con la mayor celeridad posible. En la campaña de 2015 ingresaron casi 3.000 animales huérfanos de unas ochenta especies diferentes en el Hospital de Fauna Salvaje que el GREFA tiene en Majadahonda (Madrid), es decir, un 60% de los ingresos anuales que se registran en dicho centro. Según Isabel Moreno, coordinadora de la Campaña de atención a animales huérfanos, “en 2016 ya han entrado más de 1.300 polluelos y crías en nuestro hospital de fauna y aún nos quedan muchas semanas de temporada reproductiva.”

El Equipo de Rescate de Fauna de GREFA fue creado en 2005 gracias a un convenio con el Gobierno madrileño y tiene cobertura regional. Aparte de recoger a los animales huérfanos que necesitan cuidados especializados para sobrevivir, también atiende a los particulares que los encuentran y trasladan directamente al centro. Pero, justo en el momento más crítico del año, la citada consejería ha decidido mirar para otro lado. El pasado 11 de mayo, Fernando Garcés, secretario general de GREFA, denunció esta situación ante la Comisión de Medio Ambiente de la Asamblea de Madrid. Un mes después, el 9 de junio, invitaron a Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, y a Jaime González Taboada, consejero de Medio Ambiente, a visitar el hospital de fauna y a ofrecerles explicaciones sobre el bloqueo institucional que viene sufriendo GREFA en los últimos tiempos.

Hasta la fecha, que sepamos, el equipo de rescate sigue adelante con su imprescindible labor sin en el menor apoyo institucional. Si una administración es incapaz de cumplir con sus obligaciones, lo menos que puede hacer es no dejar tirados a quienes les sacan las castañas del fuego durante todos los días del año, no sólo en temporada alta. El hospital de fauna del GREFA salva la vida a miles de animales y presta un servicio público que nadie se cuestiona en las sociedades europeas más avanzadas. Un lamentable desencuentro, una obcecación. ¡Con lo fácil que sería!

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