La abeja solitaria Flavipanurgus venustus, perteneciente a un género endémico de la península Ibérica, depende únicamente de las flores de la jara rizada como fuente de alimento, a pesar de coexistir con otras jaras de flores similares. Como consecuencia, el periodo de actividad de esta abeja está sincronizado con la floración de la jara rizada y las poblaciones del insecto son más abundantes allí donde estas flores son más numerosas. Pero, ¿por qué especializarte en una única jara cuando hay otras disponibles?
Por Juan Pedro González Varo, Francisco Javier Ortiz y Montserrat Vilà
Las abejas son los principales animales polinizadores en la mayoría de los ecosistemas del planeta. Su fuerte vínculo con las flores radica en que necesitan polen y néctar para alimentar a sus larvas, a diferencia de otros grupos de insectos que solo se alimentan de recursos florales durante su fase adulta, como es el caso de lepidópteros, dípteros, coleópteros e incluso otros himenópteros. El néctar les aporta carbohidratos para sus requerimientos energéticos, mientras que el polen proporciona las proteínas necesarias para el crecimiento y desarrollo de sus larvas (1). Es precisamente en el polen que colectan las hembras para provisionar sus nidos donde existe especialización trófica (de dieta) en las abejas.
¿Por qué se especializan ciertas abejas en el polen de algunas especies de flores? Parece que el mecanismo principal es la limitación fisiológica para digerirlo eficientemente. Más allá de su papel secundario como recompensa nutritiva para los polinizadores, los granos de polen tienen una función concreta como gametos masculinos para la reproducción sexual de las plantas, lo cual requiere de una cubierta compleja que difiere muchísimo entre linajes de plantas. La limitación fisiológica para digerir el polen ha sido apoyada mediante experimentos con larvas de abejas especialistas, alimentadas con polen de flores pertenecientes a familias y géneros distintos a los de sus flores preferidas. El resultado es que la mayoría de las larvas mueren o se desarrollan deficientemente (2).