El río Duero a su paso por Soria capital acoge una gran variedad de especies. Una de ella es la nutria (Lutra lutra), que debido a las buenas condiciones del agua se puede disfrutar viendo en ocasiones a diferentes ejemplares de una familia. La que más se ver con diferencia era Duerita, así llamada por todos los sorianos, una hembra muy inteligente y amigable.
Por la mañana aparecía para pescar alburnos (Alburnus alburnus). A media mañana deleitaba a los paseantes comiendo cangrejos señal (Pacifastacus leniusculus) en la superficie del agua, sacándolos como si fuera una competición. Al anochecer se la podía observar muy relajada dándose el último baño del día. Desafortunadamente esta rutina cambió un mal día para ella.
Fue a principios de enero de este año. Después de varios días sin verla, para mi sorpresa se dejó acercar más de lo habitual y casi pudiéndola tocar observé que tenía una herida en la cabeza. Al llegar a casa y ver las fotos que hice empecé a pensar de qué podría ser esa herida y se me ocurrió que quizás se había golpeado con la capa de hielo del río.
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